La primera vez que dos desconocidos intercambiaron casa en distintos países no lo sabían, pero estaban inaugurando una nueva forma de viajar que revolucionaria el turismo. Desde entonces, el «couchsurfing» se ha convertido en una práctica habitual entre turistas y viajantes que no quieren (o no pueden) gastar un dineral en hoteles o en hostales con las cañerías comidas por las cucarachas y que prefieren que esos euros y esos dólares vayan a parar a gente hospitalaria que les cede amablemente sus casas durante su estancia en cualquier país. Pues bien, ahora que hemos integrado el término «couchsurfing» en nuestro extenso vocabulario, toca añadir un nuevo palabro que define nuevas formas de viajar: el «nightswapping«.
El término lo inventa Cosmopolit Home, una empresa que le ha dado un giro al intercambio de casas y lo ha convertido en una iniciativa más pensada y con una estructura más cerrada. La idea sigue siendo la de ceder tu hogar a visitantes temporales pero, a diferencia de lo que hacen en otras empresas, no cobras dinero sino que ganas días de estancia en las casas de otros nightswappers. Cuando te das de alta, pagas una cuota trimestral o anual (lo que cuesta una habitación decente en cualquier hotel del mundo) y esta te permite viajar sin gastos de alojamiento durante este tiempo (¡Ah! Y cuando te das de alta te regalan noches gratis). A partir de ahí, lo único que tienes que hacer es escoger el país de destino y la casa del nigtswapper en la que te quieras alojar. Es fácil, es barato y es efectivo. Pero, además, como pasa en este tipo de prácticas, te permite conocer un lugar desde el punto de vista local y más cercano: a través de los ojos de los propios habitantes. Atrás quedan ya las noches de hotel sanguinarias y las guías turísticas que te llevan a sitios plagados de japoneses con cámaras. Times are cccchanging.