¿A quién queremos engañar? Hace tiempo que esta es nuestra lista favorita… Así que, con todos ustedes, ¡nuestros 25 discos nacionales favoritos del 2017!
¿Para qué vamos a negarlo? Nos encontramos ante nuestra gran lista del año… Y eso es así. Hace ya algunas temporadas, lo advertimos: por mucho que la vocación original de Fantastic Mag siempre fuera mirar hacia fuera, de repente nos encontrábamos con muchas más ganas de mirar hacia dentro. Al fin y al cabo, aquí se estaban haciendo (y se siguen haciendo) cosas igual de interesantes que fuera de nuestras fronteras. Pero, sobre todo, lo que ocurre es que lo que se hace aquí nos representa mucho más.
Es una mera ley de proximidad. Pero también ocurre una cosa: cuando tienes algo tan tan tan tan cerquita, se hace difícil distinguirlo de forma fría y calculada, separando la razón del corazón. ¿Qué queremos decir con esto? Que, sinceramente, cada año nos resulta más y más difícil escoger un número 1… Porque, a ver, la cuestión es que nuestro número 1 es indiscutible. Pero igual de cierto es que ha tenido unos contrincantes bien fuertecitos que no se han achantado para nada.
Sea como sea, y como sabemos que lo que queréis es ver qué hay en la lista (y cómo esta ordenada), nos dejamos de palabrería… ¡y damos paso a la cuenta atrás!
25. A NINGUNA PARTE / Sierra. En el LP de estreno de Sierra, “A Ninguna Parte”, producido por Cristian Pallejá y Ferrán Resines, también prima el pop brillantemente acabado, con gancho melódico y solidez rítmica, que amplia los tintes ochenteros del EP “Tiene Mucha Fuerza” sin abandonar la senda new wave marcada en él y que llevan al grupo a ir más allá del mero ejercicio de estilo actualizando con acierto el pop facturado hace más de tres décadas tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Eso sí, resulta difícil no establecer ciertas analogías: con The Cure en “La Noche Criminal”, su particular “Just Like Heaven”; con Ultravox en “Lala”; o con El Último Vecino -el otro adalid del retrochentismo patrio- en “Perfectamente”, gran muestra de synthpop contagioso y de impacto inmediato. [Jose A. Martínez]
24. ELS AFORES / Renaldo & Clara. Habrá que agradecer que, a la hora de crecer y evolucionar, Renaldo & Clara no hayan optado por llevar su música hacia lo urbanita, que es precisamente lo que hubiera sido más fácil, sino que simple y llanamente han salido de paseo por la periferia del bosque, allá donde la naturaleza apacible empieza a perderse y mezclarse con… otras cosas. Cosas diversas. Lo más sencillo sería decir que “Els Afores” juega a subir el ritmo y la velocidad de las canciones de Renaldo & Clara, pero esto sería quedarse en un reduccionismo totalmente absurdo: aquí hay una amplitud de miras que va más allá, que a veces es más pop y otras más folk desnudo, pero que siempre se distingue por su mirada decidida hacia el horizonte. Hacia diferentes horizontes. [leer más]
23. YOUNG IS THE NEW OLD / Ramirez Exposure. “Young Is The New Old” funciona como un acto de afirmación, confirmación y progresión. Sus canciones huelen a verano, hablan de amor sincero e inocente, evocan estampas felices y brillantes y no esconden las influencias de Víctor (desde los totémicos The Beach Boys hasta Big Star y The Posies, claro) en un festín repleto de panderetas, parapapás, coros, guitarras centelleantes, teclados dulces como la miel y melodías que son un canto al pop clásico de bella y cegadora factura. En definitiva, “Young Is The New Old” es pura alegría, vitalidad y optimismo. Sí, Brian Wilson estaría muy orgulloso. [leer más]
22. THE BLACK SEA / Pshycotic Beats. “The Black Sea” es un disco atravesado por una narrativa principal, por un argumento que viene a poner el punto y final a lo explicado en sus dos anteriores álbumes, “Rexer Flash” y “Dormihcum“. De hecho, la primera canción, “The Beginning of“, es un diálogo entre el protagonista de esta trilogía y una vocecita que le invita a transitar hacia el mar negro que da título al disco. El protagonista, de hecho, empieza hablando de su estancia en La Institución, en el Dormihcum Sagrado… No podría haber forma más visible de continuidad narrativa en todo este dulce tinglado. Y, a partir de ahí, la historia continua cuando este personaje decide partir hacia el mar negro, asumir la muerte, pero hacerlo con el ánimo encendido, con los pies bailando (aunque sea en una danse macabre) y con el corazón ardiendo en llamas por mucho que eso implique ser consciente de que después de las llamas solo pueden quedar cenizas. [leer más]
21. EL ESPACIO ES EL LUGAR / Jorge Ramos. ¿Es muy jodido si abro esta reseña del primer disco de Jorge Ramos haciendo una nostálgica mención a la indietrónica? Al fin y al cabo, es este un género que identificamos con un momento que ahora nos parece pretérito en el que la burbuja todavía no ha estallado, en el que pensábamos que la felicidad era una realidad y no una ilusión… Un género que daría paso a la hiperrealidad presente, en la que el ensimismamiento de aquellas bandas no puede ser concebido como el preludio de una tragedia. Pero, mirad, aquí pasa otra cosa: por mucho que sigamos enfangados hasta las trancas en los lodos apestosos de esta tragedia, cada vez parece más necesario recuperar la ilusión de aquella época (o de cualquier otra época en la que hubiera ilusión). Contra el pesimismo presente, se necesitan canciones que te cojan el corazoncito y lo arropen en una manta bien calentita. De eso trata, mayormente, “El Espacio es el Lugar” de Jorge Ramos. No de recuperar el pasado, sino de abrir una brecha habitable en el tejido cada vez más inhabitable de la inhóspita realidad actual. [leer más]
[/nextpage][nextpage title=”Del 20 al 16″ ]20. EL AÑO DE LA VICTORIA / Tigres Leones. Lo avisaron Tigres Leones en su momento: “El Año de la Victoria” iba a ser “un cóctel de surrealismo, comedia y drama”, siguiendo la línea marcada por “La Catastrofía”. Y así es, ya que transcurre bajo una atmósfera tragicómica. En cierto modo, da la sensación de que las canciones de este disco están hechas para sobrellevar el ambiente caldeado y alocado que ha germinado los últimos tiempos en España. Así que la mejor recomendación es agarrase con fuerza a la enérgica e infecciosa “Domingo”, a la cachonda “Milos Forman” (desde ya otro de los himnos tigreleoneros), a la efervescente “Haz que se Vaya el Aire” (con Marina Gallardo como voz invitada) o a la envenenada “Los Demonios” para desfogarse y sacudirse toda la caspa que va cayendo desde el cielo de este santo país antes de toparse con la sorpresa final, la reposada y minimalista “Paracaidista Ruso”, que parece sacada del imaginario de Hidrogenesse. [leer más]
19. INTERNACIONAL / Anntona. “Internacional” es ya uno de los mejores discos que se han parido este año. Pero, como siempre en el caso Anntona, aunque la vida sea un chiste, el disco no lo es… No solo por canciones más explícitamente serias como “Aceras Anchas“, sino incluso por temas como “A Ver Qué Pasa” que son capaces de congelarte la sonrisa cuando te reconoces en frases como la que sigue: “Con todas esas cosas voy a fabricarme un automóvil / y estrellarlo a la puerta de tu casa y a ver qué pasa / A ver si por lo menos me miras mal y me arrepiento / y eso ya sería un sentimiento“… Cagarla sistemáticamente solo con tal de matar el aburrimiento existencial es algo que hemos hecho muchos. En realidad, es lamentable y no tiene ni pizca de gracia pero, dicho en boca de Anntona, por lo menos nos podemos reír. [leer más]
18. SKIN / Anímic. La corrección política es ese gran mal del mundo moderno que nos lleva a comportarnos de forma diferente a como somos para así no alterar el orden moral de la sociedad en la que vivimos. No hacer lo que queremos, sino lo que no cabreará a los demás. Situar el inicio de nuestra libertad no allá donde acaba la del prójimo, sino más bien dejar que la del prójimo nos gane un poquito de terreno… Si existiera algo así como la corrección política musical, sería esa voluntad de ciertas bandas y artistas de agradar continuamente, de no levantar demasiado la voz, de no salirse nunca del cajoncito bien limitado en la que se les ha metido. Y si existe algo así como la corrección política musical, hay que reconocer que Anímic se la acaban de pasar por el forro con “Skin“. Esto no es probablemente lo que esperaban los fans de la banda… sino que es mucho mejor. [leer más]
17. KWALIA / BFlecha. “Kwalia“, como buen hijo de su madre, construye la belleza a base de detalles. Detalles musicales que, en este caso concreto, se suman al armazón musical habitual de BFlecha (es decir: future beats, nu-r&b, hip-hop) para enriquecerlo y transformarlo en algo totalmente nuevo a la par que profundamente reconocible. Está claro que las coordenadas principales de “Kwalia” son las orientales, plasmadas aquí a través de unas pequeñas notas cristalinas aquí, unos sonidos de instrumento de bambú allá o unos sintetizadores que de repente se preñan de espiritualidad más allá. Contra el latineo, exotismo. Contra la simplicidad, complejidad. Contra el exhibicionismo, sutilidad… BFlecha ha vuelto a avanzarse a su tiempo con “Kwalia“, disco que seguro que vuelve a marcar el ritmo que muchos otros seguirán en los próximos años. Si no me creéis, tiempo al tiempo. ¿Quedamos de aquí a dos años para revisar lo que acabo de decir? [leer más]
16. EXPOSICIÓN / Calavera. “Exposición” se presenta como un disco tintado de colores cálidos que invita a la ensoñación, a zambullirse en sentimientos nostálgicos, a trasladar la mente a lugares sin anclajes espacio-temporales, a sentir emociones flotando en medio de la galaxia o, directamente, a imaginarse si de verdad los androides sueñan con ovejas eléctricas y pueden notar el latido de un corazón en su interior gracias a la dulce psicodelia de “Esqueleto”, el post-rock cósmico de “Atlas”, el chill wave tornasolado de “Tres”, la contenida épica emocional de “Tras el Cristal” y “Desfiladeros” y la melosidad hechizante de “Cielo Nocturno” y “Miranda (Crazy Jane)”. A los grupos y artistas cuya capacidad de evolución no se pone en cuestión se les suele pedir que avancen, que arriesguen, que no se queden encajonados, que muestren su ambición. Eso es justamente lo que han llevado a cabo Calavera en “Exposición”. Bien hecho. [leer más]
[/nextpage][nextpage title=”Del 15 al 11″ ]15. DISCO DURO / Joe Crepúsculo. Muchos se preguntarán qué es lo que nos llevar a incluir en estas listas a unos discos y no a otros. Al margen de preferencias personales, y siendo conscientes de que muchas cosas se nos escapan, nos decantamos por aquellos artistas con una voz propia y rotunda, sean del género que sean. Y de eso va servido Crepus, le pese a quién le pese. Dentro de su universo makinero, su estética macarra y su voz de hombre de las cavernas, encontramos un espacio para el humor (“Te Voy A Pinchar“, “Ojos de Conejo“…), la nostalgia ochentera (“Pisciburger“, esa “Música para Adultos” tan Alaska), un lado más lírico (“Rosas en el Mar“, “Vamos al Bosque“…) o juegos de palabras (“El Dicho“) por poner algunos ejemplos. Amamos a Joe Crepúsculo por su originalidad y por la prolificidad con las que nos sorprende cada vez. Por eso y por hacer de sus conciertos una auténtica fiesta en la que todos somos bienvenidos si dejamos los prejuicios a un lado. Quizás de ahí lo de “esto es música para adultos que no puedes comprender”… [Sonia Peralta]
14. ABDUCIDA POR FORMAR UNA PAREJA / Tronco. La voz de Tronco en “Abducida Por Formar Una Pareja” es coherente, fascinante, joven, fresca, candorosa y costumbrista. Puede parecer que su jugada es sencilla: estructuras musicales optimistas de producción sencilla (pero profundamente efectiva) que casa a la perfección con la voz y las letras de una Conxita que, mira, Lena Dunham, payasa, si tiene que haber una voz de su generación, que sea la de Conxita, por favor, no la tuya. Herrero puede hablar de que no quiere novios porque está hasta el coño de esta manía de la sociedad actual por emparejarse, de que la vida de pluriempleada se le hace una montaña, de que vio a alguien por la calle que creía que eras tú y casi le pide matrimonio… Puede hablarte de lo que le dé la gana, que te tiene ahí, en la palmita de su mano, babeando infinito y pidiendo más. [leer más]
13. EL AÑO EN IMÁGENES / AMA. “El Año en Imágenes” (Mont Ventoux, 2017) fue concebido de un modo especial: publicando desde enero una canción cada último viernes de mes (con sus correspondientes videoclips englobados en un DVD que acompaña al disco) hasta completar su tracklist. Así, pieza a pieza, Javier y Borja Sánchez y Yon Vidaur (más César Verdú –León Benvente– a la batería) han ido construyendo el decorado en el que representan un conjunto de estampas cotidianas convertidas en escenas relatadas con candor y un tono intimista para hablar de sentimientos y tribulaciones profundamente personales. A la vez, se escucha el que quizá sea el repertorio más variado del grupo, que va del twee pop depurado de “Nadie Más” al dulce shoegaze de “Saber y Ganar”, pasando por la desnudez pianística de “En la Corriente” y acústica de “La Mano Dormida” y “La Última Campana”. [Jose A. Martínez]
12. ¡VIVA! / Los Punsetes. A veces creo que nos gustan Los Punsetes porque son capaces de dar forma, voz y belleza a sentimientos que en realidad son todo lo contrario a algo deseable y poético. Y lo hacen sin caer en una romantización del dolor, con una demoledora delicadeza tan única y suya que en boca de nadie mas escucharás: “Esto es todo lo que hay / es silencioso y estridente / Esa estrella que tanto adoras / ha dejado de quererte / Esto es todo lo que hay / es lo anterior y lo siguiente / Esa estrella que estás viendo/ es la estrella de la muerte / Y la muerte os sienta tan bien“. No deja de parecerme curioso lo diametralmente opuesta que resulta “Estrella Distante” como cierre respecto a la apertura que constituye “¡Viva!“. Si en aquella tenemos parquedad y concisión, como si alguien hubiese cogido la canción y la hubiera publicado solo tras hacerla pasar por un embudo, aquí sucede todo lo contrario: la canción crece poco a poco, se expande y se desarrolla sobre sí misma… [leer más]
11. TU CASA, MI CASA / Hibernales. Hay algo mágico en la continuación de “Un Corazón Con Pelos” (HiJauhUsb?, 2012 / El Genio Equivocado, 2015), y es que “Tu Casa, Mi Casa” no solo retrotrae desde su propio título a una cierta sensación hogareña, de familiaridad, de zona de confort espiritual, sino que, como si de una vivienda se tratase, el segundo disco de Hibernales parece dividirse en estancias y compartimentos habitables emocionales. Ahí encontramos por ejemplo la sala de juegos en el toque lúdico que impregna “Que Parezca Una Broma”, el dormitorio de matrimonio que es “Quédate”, donde la pasión, la ternura y una cierta neurosis se dan la mano, el precioso salón-comedor con chimenea en la mencionada “Tu Casa Es Mi Casa” y una terraza con bonitas vistas y orientación norte en la parcialmente luminosa y melancólica “Gente Normal Rara de Encontrar”. [leer más]
[/nextpage][nextpage title=”Del 10 al 6″ ]10. SANT MIQUEL / Sant Miquel. Por ahí se habla de sencillez (que no simpleza), pero creo que Sant Miquel se mueve más bien en términos de purificación, acepciones religiosas incluidas: mientras que lo sencillo presenta sus objetos sin artificio y con naturalidad, la purificación los despoja de todo lo que no les es esencial. Aunque el resultado final pueda parecer el mismo, hay una ligera pero sustancial diferencia entre presentar los objetos tal y como son o representarlos solo una vez que han quedado exentos de todo aquello que los rodea. Las canciones de Sant Miquel no encierran imágenes sencillas, sino puras. “Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol”; y la clave de Vicente Huidobro está justamente en el “como”. Dicho lo cual: ¿en qué consiste el imaginario tejido por este “Cancionero“? ¿Cuáles son esas imágenes y cómo se articulan? [leer más]
9. ESTÁ BIEN/ Dois. El libro de estilo que manejan Dois se basa en el indie-pop de filiación anglosajona de la primera época de esplendor del género, entre la segunda mitad de los 80 y la primera de los 90, al que le imprimen un carácter jovial, cálido y también galaico, más allá de la cuestión idiomática de algunas de sus composiciones. Así se explica la luminosidad que parece californiana pero que, en realidad, proviene del Atlántico de piezas como la nostálgica “Xardíns” o “No se Aclara”. Dois aplican esa personalidad tan distintiva a una paleta sonora en la que destaca el jangle pop brioso, burbujeante y, por momentos, psicodélico que se agita con acordes guitarreros centelleantes, melodías pegajosas (“La Espiral”) que también se retuercen (“Tractor”), coros -cortesía de Marta González– encantadoramente empastados (“Dinosaurio”, “Mayumas”) y estribillos redondos que irradian energía positiva y efervescencia juvenil (“Stromboli”). “Está Bien” es, por todo ello, un álbum infeccioso al 100% y difícil de quitar de la cabeza. [leer más]
8. C’EST LINDY ON / Cabiria. A primera vista, “C’est Lindy On” es como hacer scroll por los contactos del móvil de alguien con unas amistades algo peculiares, o directamente de alguien sin amigos que rellena su agenda con números y nombres inventados para leerla una y otra vez y sentirse menos solo. De hecho, el tracklist del disco consiste en una sarta de nombres pintorescos y diversos que se convierten luego en canciones que suenan como si Chromatics fuesen producidos por Owen Ashworth de Casiotone For The Painfully Alone en una habitación empapelada con la cara de Nicolas Cage. En otras palabras: un pop casero y lo-fi -y no es esta mera etiqueta relleno, que el disco está grabado y masterizado en su totalidad por Eva en su casa- de toques ochenteros meets Internet. [Patri di Filippo]
7. LOS ÁNGELES / Rosalía. Voz y guitarra es todo lo que necesita Rosalía para emocionarnos con su disco de debut, “Los Ángeles“. Eso le basta y sobra para hacer uno de los discos del año en un género tan ortodoxo como el flamenco. Con su estética millenial, que tanto le da hacer trap con C. Tangana como una versión de Drake (gracias YouTube), dialoga cómodamente entre innovación y tradición: con guitarra y arreglos de Raúl Fernandez (Refree) y letras de clásicos como La Niña de los Peines, Manolo Caracol, Rafael Farina o Morente. La cantaora escoge letras populares en torno a la muerte, y le hace un homenaje al flamenco con la libertad como premisa para mostrarnos que el flamenco está más vivo que nunca. [Sonia Peralta]
6. UNA MAR ENORME / Templeton. La enorme mar, así, en femenino, del título del último álbum de Templeton bien podría representar esa distancia infinita que nos aleja de lo que nos es propio, de la tierra firme, pero que, a la vez, con su oleaje, nos devuelve a ella. Y es que esa contradicción trasladada al plano de lo emocional parece ser el eje temático del disco: una voluntad de huida con un ancla moral fijada en la melancolía de los pequeños momentos de feliz cotidianidad. Diez canciones que trascurren tranquilas dejando un poso brutal de amargura y esperanza combinada, que es algo que se le debe exigir a los mejores discos de pop. Y este “Una Mar Enorme”, efectivamente, es uno de ellos. Un precioso espejo deformante que devuelve nuestros reflejos convertidos en el hermano de Frasier o en los padres de Ross. [David Martínez de la Haza]
[/nextpage][nextpage title=”Del 5 al 1″ ]5. ZONA TEMPORALMENTE AUTÓNOMA / Los Planetas. A estas alturas, ¿era más lógico que Los Planetas hubieran prolongado la particular investigación de sus raíces sonoras o que hubieran intentado hacer un largo viaje en el tiempo en busca de su pasado (no tan) perdido? Para servidor, vence la primera opción, sin que los granadinos renunciaran a que su tercera obra tradicionalista ofreciera la misma proporción de accesibilidad pop (hasta se permitieron la concesión acústica “Hay una Estrella”) y de ensimismamiento lisérgico marca de la casa en un conjunto extrañamente cohesionado (al menos, mucho más que “Una Ópera Egipcia”). Esa misma pregunta, sin embargo, se puede formular sobre su futuro, que se presenta de nuevo y desde ya, todavía con “Zona Temporalmente Autónoma” caliente, como una encrucijada de compleja -y seguramente dilatada en el tiempo- resolución. La polémica planetera seguirá moviéndose en una zona eternamente agitada. [leer más]
4. AUTOESCUELA / RECOPA / Autoescuela. Puede que esta sea la primera vez en la historia de Fantastic Mag que un grupo entra en las listas de lo mejor del año por doblete. Pero no es nuestra culpa si los asturianos Autoescuela han sacado dos LPs excelsos este 2017 (el primero, autoeditado, el uno de enero; el segundo, ya formando parte de esa pequeña gran casa de pop que es el sello Snap! Clap! Club, en septiembre). Hemos decidido incluirlos juntos para, primero, no acaparar; y, segundo, porque ambos discos se encuadran en ese mismo extraño y absurdo universo en el que viven David y Santi. El suyo es un bedroom pop de la mejor calaña fraguado entre partidas al FIFA, rincones oscuros de Internet y Asturias, patria querida. Productivos como son -entre ambos discos suman un total de 39 canciones, aunque, como estipula el primer mandamiento del pop, ninguna supera los dos minutos y medio- han tocado todo tipo de palos (solo se nos ocurre otro grupo que pueda ostentar tal derroche de creatividad, los siempre eternos Rajoy Division). Así, suenan ramalazos de C86 en canciones como “Chica 3000“, “Escuela Austríaca” y su versión de “Polaris” en términos de pochismo futbolero, esperando a octubre, puros planchazos de autotune dosmilero (“Los Niños“, “200 Helaos” o “Diddy Kong en el Viaducto de La Bolgachina“) y hasta temas al más puro estilo Blink-182 (“Weno Weno Weno“). No hay manera de aburrirse, y no podemos más que augurarnos que el año que viene nos sigan regalando frases como “hemos tenido los más y los menos / pequeños productos buenos / y hemos ido a parar al alimerka de pravia / y no valdrá para nada / todos tus sueños se harán / mantequilla helada”. [Patri di Filippo]
3. ESCENAS DE CAZA / Los Lagos de Hinault. Qué de vueltas para no usar la casi frase hecha “el costumbrismo pop de Los Lagos de Hinault”, Jesús. Por favor y gracias, dejad de abusar tanto las palabras que una tenga que ir hasta la última rotonda de Kuala Lumpur a buscar nuevas con tal de no caer en trilladismos y simplificaciones. Pero bueno, hechos todos los preámbulos innecesarios, un último apunte. Además de disco, Los Lagos de Hinault estrenan formación: Matilde Tresca se cae definitivamente de La Vuelta; manteniendo su posición a los teclados, sube Andrea Gasca a capitanear los coros femeninos. No tengo ahora muy claro quién corre con el bajo y quién con la batería; Ynduráin sigue a la cabeza, y Pallejà hace lo suyo tras las bambalinas del estudio. Ojalá no se entere mi madre de las metáforas que hago. [leer más]
2. 45 CEREBROS Y UN CORAZÓN / Maria Arnal i Marcel Bagés. Cuando cae en mis manos el disco de Maria Arnal i Marcel Bagès, veo que hay que rasgar para poder ver su título. Sí, como una de esas cartillas, un “rasca y gana”… Y nunca mejor dicho, porque este boleto viene con premio: detrás del título, “45 Cerebros y Un Corazón” (Fina Estampa, 2017), se esconde un disco inmenso donde hay mucho que rascar con tal de ir traspasando sus múltiples capas de forma y significado. Detrás de la portada, el Niño de Elche hace de maestro de ceremonias y nos abre la puerta con un prólogo a modo de presentación de lo que nos espera: sus palabras son una declaración de intenciones en toda regla, y esa no es más (ni menos) que una manera de estar en el mundo. Este proyecto entiende la música de una manera muy similar a la de otros similares en la escena reciente catalana: el binomio chico-chica, como ya ha ocurrido con el caso de Sílvia Pérez Cruz y Rosalía con Refree a la guitarra. Todos ellos toman el imaginario popular, el folclore, la tradición, y los hacen suyos con libertad, sin miedo a romper códigos o alejarse de géneros establecidos. [leer más]
1. FUEGO / La Bien Querida. Como hilo conductor de la variada trama de “Fuego” aparece el amor como un elemento tamizado por filtros agridulces, como si en las historias de La Bien Querida sea imposible que se vivan el enamoramiento y la pasión con total felicidad. Ya lo canta en el principio de “Lo Veo Posible”: “siempre buscando el amor en sitios equivocados…”. Al final, parece que los matices tristes y dramáticos de las relaciones sentimentales se imponen en una constante tensión entre un yin y un yang afectivo a cuya lucha se une toda alma que ha disputado o disputa una batalla similar. De ahí que, por mucho que La Bien Querida no abandone un bucle amoroso que corre el peligro de parecer un discurso manido, resulte sencillo identificarse y sentir como propias sus palabras. A veces, uno se pregunta: ¿son las canciones las que modelan los sentimientos o los sentimientos los que modelan las canciones? En “Fuego” no importa tanto hallar la respuesta como ser consciente de cómo La Bien Querida sorprende, conquista y conmueve con sus canciones. [leer más]
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