Esta conversación a dos voces deja claro que la actuación de DEADLETTER en Vigo los posiciona como un grupo referencial en su generación.
¿Qué hace una chica australiana un viernes de comienzos de otoño en la sala Radar Estudios de Vigo? Responder a la llamada de DEADLETTER y acudir a su concierto (auspiciado por SON Estrella Galicia) en la ciudad olívica enmarcado en la gira que los trajo a España tras haber recorrido en verano su Reino Unido natal y casi toda Europa.
En realidad, esa chica no viajó desde las antípodas a propósito para ver al grupo de Yorkshire afincado en Londres, sino que aprovechó su condición de gallega adoptiva para ver en vivo a una de las revelaciones del nuevo post-punk británico. Conviene recordar que DEADLETTER firmaron uno de los mejores EPs de 2022, “Heat!” (SO Recordings, 2022), con el que confirmaron las buenas sensaciones que habían transmitido con sus singles previos al condensar toda la fuerza y maleabilidad de su sonido y capturar a través de su discurso el zeitgeist actual mediante letras cargadas de contenido crítico y social.
–DEADLETTER. Su nombre tiene que ver con leyes no escritas, palabras perdidas… Refleja con cierta fidelidad la base de su mensaje. Una tribu de seis jóvenes, llamativos por sus diversos caracteres, vestidos según el estilo punk-rock y con nostalgia de los años 70 por la forma de sus alegatos… Esa fue mi impresión cuando los observé sobre el escenario. La primera canción –“The Snitching Hour”, con bajo afilado y estribillo pegadizo, ya es uno de los himnos de la banda- arrancó con potencia y ritmo contagioso. Habla de un tema que, aunque reconozco su parte irónica, no me agrada demasiado…
-Es que DEADLETTER saben describir con ingenio el lado oscuro y agrio de la vida contemporánea, hasta sus detalles más cotidianos.
-Desde el principio me resultaba difícil apartar la vista de Zac Lawrence por sus movimientos enérgicos mientras sus compañeros (Will King y Sam Jones -guitarras-, George Ullyott -bajo-, Alfie Husband -batería- y Poppy Richler -saxo-) iban a lo suyo. Zac conectó enseguida con la audiencia por su postura de gárgola y su mirada intensa. Se mostraba como un cóctel de Mick Jagger con Jim Morrison.
-Aunque se nota que al grupo le tiran mucho el post-punk de The Fall y Gang Of Four y el p-funk de Talking Heads y LCD Soundsystem. A estas alturas, ya no queda ninguna duda sobre por qué han logrado subirse con fuerza a la nueva ola británica donde también surfean IDLES, Shame, Fontaines D.C., Squid o Yard Act. Es más, desde el lanzamiento de “Heat!”, los medios especializados de su país han erigido a DEADLETTER en la next big thing. A pesar de todas las veces que se ha colgado esta etiqueta a bandas que luego se perdieron por el camino, parece que en este caso van a acertar de lleno. Bastó para intuirlo con dejarse llevar por su formidable presencia escénica.
-Al tenerlo justo delante de mí, me llamó mucho la atención Will King. No solo por su altura, sino también por su manejo de los riffs y de la distorsión, el control calculado de su cautivadora guitarra y el uso de su arsenal de pedales. Poppy transmitía un espíritu muy distinto, más tranquilo, pero aportaba profundidad al sonido. Me pareció interesante su labor y me hubiera gustado haber escuchado más en primer plano su saxo. A veces se quedaba diluido entre la tormenta que creaban los demás instrumentos.
-Te comprendo… DEADLETTER poseen un estilo poderoso y, cuando aprietan los puños, apabullante. Por eso Zac quería que el público no se quedara estático a unos metros de distancia. Lo invitaba a que se pegase a él para que sintiese literalmente su sudor.
-Eso hizo la audiencia, se acercó a él y compartió el espacio y el calor de sus canciones. Aunque no entendiera sus letras, la actitud, sí. Básicamente, tratan de temas políticos, gritan a la anarquía y al deseo de justicia e incitan a enfrentarse a la actual inercia social. Promueven ideales que me dieron frescura y ganas de luchar.
-¿Y qué canciones te gustaron más en directo?
–“Madge’s Declaration”, por cómo regresa a los 80 y recuerda en qué estado quedó Reino Unido (y su economía) bajo el gobierno de Margaret Thatcher. También “Binge”, por cómo se introduce en la problemática del materialismo. Y “Degenerate Inanimate”, cuyo título la define perfectamente: si la sociedad no se mueve, se convierte en algo inútil, y DEADLETTER se preguntan cómo hemos llegado a esa situación hoy en día.
-Tal y como están las cosas, DEADLETTER pueden ser un grupo de referencia dentro de su generación. Están creciendo a toda velocidad y no deberían tardar demasiado en publicar su primer álbum.
-¿Adónde llegarán estos chicos en un futuro próximo? Si vuelven a Vigo, me apunto a verlos de nuevo.
-Espero que sea así, pero su ascenso les va a llevar a plazas más grandes… Al menos tendremos la oportunidad de decir que tú y yo les hemos visto de cerca antes de que se produjera su explosión definitiva. [Coautora: Stephanie Whybrow] [Más información en el Bandcamp de DEADLETTER]