En estos tiempos de grandes superficies y marcas con enormes instalaciones para sus ventas, cada vez se está perdiendo más la figura del «prescriptor» de moda… O lo que a mi me gusta llamar el/la «boutiquero». Hoy en día entramos en las enormes tiendas cargadas de ropa hasta el techo, damos una vuelta, pillamos al vuelo, nos probamos, pagamos y chau. Adiós muy buenas. Y, sí, es un sistema que para nuestro alocado y a veces anárquico ritmo de vida funciona, pero hubo un tiempo en el que ir a una tienda de ropa era algo más que comprar: era una experiencia en la que, además de vestirte, podías aprender sobre la ropa que te estabas probando y te asesoraban (más que «aconsejar», que es como muy condescendiente) con paciencia y acierto. Por suerte, aún quedan pequeños reductos donde este tipo de atención al cliente se cuida como antaño, tiendas en las que además de ropa encuentras una sonrisa y, si quieres, un servicio que incluye que te cuenten cosas sobre de dónde viene esa marca o por qué te estás probando una chaqueta de ese tejido.
Uno de ellos es Nonchalante, la pequeña tienda ubicada en la esquina de la calle Aribau con Travessera de Gràcia de la que ya os hablamos aquí y aquí, que en estos días está celebrando su primer aniversario. Su propietaria, Laia, decidió obviar a todos aquellos que le decían que abrir una tienda con la que está cayendo era una locura y, poco a poco, va teniendo su recompensa. Su tienda acoge una de las mejores selecciones de marcas de toda Barcelona y se está ganando a pulso la fama de buena «prescriptora», ya que son muchos los blogueros y periodistas que ya le preguntan sobre las tendencias que se van a llevar la próxima temporada. Para celebrar el primer aniversario de Nonchalante, Laia invita este viernes a compradoras y curiosas a una copa Martini Royale y, de paso, nos deja un pequeño avance de lo que podemos encontrar en su encantador espacio que siempre os recomendaremos que visitéis:
«La temporada de Otoño / Invierno 2013 presenta algunas novedades interesantes respecto al año pasado. La mayor parte de las marcas han hecho una colección llena de color (verde en todas sus gamas, rosa, mostaza, amarillo…) que contrastan con el negro y los tonos oscuros que suelen predominar en invierno.
La prenda estrella va a ser la sudadera, pero renovada en una versión más lujosa y con detalles hechos a mano que ponen en valor el «craftmanship» más auténtico y la exclusividad de cada prenda.
Los looks van a tener un punto «nonchalant», es decir, sofisticados pero al mismo tiempo relajados. Este nuevo estilo quedaría bien plasmado en un look que mezcle un pantalón de jogging negro jaspeado con un blazer de corte impecable. Un mix de estilos para dar mayor libertad a la mujer contemporánea.
En cuanto a los abrigos, se tiende a huir de las clásicas piezas negras y se apuesta por estampados más llamativos pero igualmente elegantes y sofisticados. Las claves van y lo que va a marcar la diferencia van a ser el corte y la mezcla de tejidos.
En relación a los accesorios, sigue la tendencia de sortijas finas que nos recuerdan a tiempos pasados y collares delicados que embellecen sin destacar más que la mujer que los lleva«.