Mucho hemos dicho que el Sónar+D era un festival dentro del festival Sónar 2015… Ahora toca que os expliquemos con detalle todo lo que allá pasó.
¿Querías nuevas tecnologías y creatividad? Pues agárrate fuerte, porque te vas a marear… Para su edición de este año 2015, el festival barcelonés Sónar ha dado el paso definitivo a la consagración de un espacio que hace tres año se apodó con el visionario nombre de Sónar+D. Un paso adelante en calidad, metros cuadrados, oferta lucrativa y asistentes al evento. Y es que durante tres días hemos podido mirar, tocar o sentir el futuro con toda nuestra alma.
Pero… ¿Qué es el alma? Pregunta difícil de responder antes de que Glassworks+Canada, nos retrataran con su escáner 3D y nos sacarán los ojos de las órbitas al enseñarnos nuestra propia y única alma con unos brazos robóticos a través de light painting. Siguiendo con las representaciones holográficas, nos encontramos con Recipient, donde podíamos interactuar y manejar una figura geométrica con nuestras propias manos, al estilo de «Minority Report«, en el aire. Sudores fríos y ganas de tirar el ratón por la ventana.
Todo esto lo podías vivir con tan sólo dar una vuelta por el MarketLab, espacio abierto a todos los asistentes del Sónar 2015 y que, sin lugar a dudas, ha mejorado su puesta en escena con respecto al año pasado. Lo que llamó mas la atención al público, sin embargo, que se congregó en largas colas en todos los stands, fue la realidad virtual. Esas dos grandes palabras que llevan sonando desde los 80 pero que nunca se han llegado a implantar de forma real y definitiva entre nosotros. Pero, ojo, porque parece que ahora por fin es el momento. Más de cinco stands ofrecían diferentes propuestas para esta tecnología “nuevieja”. Cortos de animación que te introducían en bosques, Nueva York o vientres de embarazadas, con su bebé saludándote y todo. Videoclips en 360º o atracciones de feria que te ponían del revés fueron algunas de las aplicaciones que parecen que podremos empezar a consumir dentro de muy poco tiempo, y es que Samsung y Oculus Rift (locura que, recuerden, fue finalmente adquirida por Facebook), son las empresas que van a liderar el sector en los próximos años.
Pero no solo del MarketLab vive el Sonar+D, y es que la oferta de workshops se amplió desde las 12h hasta las 20h de cada día, con sold out de plazas en todos sus pases. Creación de sintes de la mano de Dirty Electronics o una completísima introducción a nuevas maneras de generación de ruido con Arduino fueron tan sólo algunas de las clases magistrales a las que pudimos asistir y aprender como niños.
Durante tres días hemos podido mirar, tocar o sentir el futuro con toda nuestra alma. Pero… ¿Qué es el alma?
Otra de las vertientes que hemos visto mejorada y ampliada fueron las charlas y conferencias. Con espacios menos ruidosos y mas aislados que en años anteriores. En ellos pudimos ver cómo Carl Craig, Kerri Chandler o Luciano intentaban vendernos la moto de un nuevo formato musical: Stems quiere substituir al mp3 o el wav, dando un nuevo formato con pistas separadas por los vocales, bajos, ritmo y melodía, pero todo integrado. Esto hará las delicias de cualquier dj, ya que ofrece una creatividad infinita a la hora de mezclar, aunque nos resulta difícil creer que toda la industria musical, incluidos usuarios, discográficas o aparatos de reproducción deban adaptarse a ellos. Suerte Stems…
No podríamos hablar de Sónar+D sin hablar de los Tech-Shows. En su vertiente más entrelazada con los conciertos habituales de un festival, nos gustaría destacar el que ofrece un mejor disfrute de la experiencia audiovisual, como es el escenario Complex: un espacio con butacas de cine para el disfrute del espectador. Allí vimos el show de Joanie Lemercier & James Ginzburg estrenando su nuevo directo, «Blueprint«: una obra de arte que unía la música electrónica con la arquitectura y el cosmos. Y aunque al principio quedamos un poco desangelados, ya que nos prometieron tres pantallas y tan solo vinieron con una proyección (eso si, en formato cine), cuando empezó el show nos mantuvimos bien agarrados a la butaca hasta que no acabó aquella maravilla.
Por último, otra de las gratas sorpresas fue el Sónar PLANTA. La instalación RGB|CMY Kinetic ocupaba todo un pabellón y sus propios creadores, Jussi Angesleva (creativo de ART+COM) y Ólafur Arnalds (compositor de la obra), nos la presentaron un día antes de que abriera el propio festival. Desde Berlín llegaron con la ilusión de mostrar su nuevo juguete, creado expresamente para Sónar, y con el que resultaron ganadores sobre un concurso de tres obras más. Este escenario está comisionado por la Fundació Sorigué y se mantendrá en las dos próximas ediciones. Sin duda, esta coreografía espacial de objetos, luces y sombras, dejaba a cualquiera con la boca abierta. Utilizando motores de última generación, conseguían una estética extraordinaria, además de llenar todo un pabellón de movimiento con cinco simples círculos.
El eslogan de este año para el Sónar+D no podía estar mejor escogido: Creatividad, Tecnología y Negocio. El mundo gira, y el Sónar nos enseña la próxima vuelta de tuerca. [TEXTO Y FOTOS: AnTruan]