The Jayhawks pasaron por el TerraCeo 2024 de Viga para demostrar que con el público comparte una historia de amor mutuo realmente vibrante.
La globalización en la que vivimos instalados desde el inicio del siglo 21 permitió que, en los comienzos de los 2000, un grupo de country-rock salido de Minneapolis como The Jayhawks formase toda una legión de fans en España. País, por cierto, al que después se iría a vivir unas cuantas temporadas su líder, Gary Louris.
Dos décadas más tarde, ese mismo proceso mundial en el que las distancias parecen no existir facilitó que The Jayhawks se plantasen en Vigo acompañados de Meghan Maike como telonera, cantautora canadiense que se mudó a Estados Unidos para luego dar el salto a Australia, donde se rodeó de varios músicos locales reunidos bajo el nombre de The Cactus Flowers. Unos y otros aparecieron juntos, pero no revueltos, el pasado 15 de junio en el hall del Auditorio Mar de Vigo como parte de la programación del ciclo TerraCeo 2024.
La inestable climatología impidió que el escenario se colocase, como estaba previsto, en la terraza del auditorio vigués, aunque ese cambio hizo que bajo techo la atmósfera resultase más cálida y confortable si cabe, con una nutrida cantidad de seguidores ansiosos por ver a unos The Jayhwaks con su álbum más reciente, “XOXO”, publicado ya hace cuatro años y el próximo todavía en preparación. Esos detalles discográficos no importaban ante la opción de catar en vivo los clásicos de la banda.
Todo un lujo, al igual que lo fue para Meghan Maike actuar en la apertura de la velada, como ella misma confesó. Su azul atuendo sureño y los primeros acordes de su también azulada guitarra acústica sugerían que su estilo no iba a desentonar con el del grupo principal: pop-rock unas veces más country y, otras, más folk interpretado con la voz (levemente grave y afectada si las letras lo requerían) y las tonadas características del género.
Cuando la canadiense imprimía ritmo a sus canciones (extraídas de su disco de debut, “Dead Horse Creek”, que vio la luz en el tramo final de 2023), daba la sensación de que el público empezaría a bailar haciendo los típicos movimientos del two-step texano… si no fuera porque buena parte estaba ocupada en incómodas conversaciones que se escuchaban de fondo. De ahí que, cuando Meghan se puso más melosa, su sonido pulcro y aseado no llegase con la claridad deseada.
A pesar de todo, se le notaba que estaba encantada de comenzar en Vigo un mini tour que la llevaría por otros puntos de España. Un hecho llamativo para alguien proveniente de Melbourne, tal como le contó a la mitad de fantasticmag que vive en el noroeste pero que nació en Sydney en un diálogo austral en el que Meghan mostró su pasión musical, su simpatía y su amabilidad. Efectivamente, lo decíamos al principio: el mundo es cada vez más pequeño.
El universo de The Jayhawks, sin embargo, se encuentra en constante expansión. No tanto por las novedades que el grupo ofrece para engordar su catálogo, sino por su aura emblemática dentro del country-rock anglosajón y el tirón que conserva entre su fiel parroquia tras cuarenta años de carrera.
Armado con su guitarra y su armónica, Gary Louris activó el torrente de luminosidad eléctrica mediante “I’m Gonna Make You Love” para que luego la banda completada por Marc Perlman (bajo), Karen Grotberg (teclado) y Tim O’Reagan (batería) se sumergiera en medios tiempos en los que destacaban los ágiles acordes, los coros, los intercambios vocales, la profundidad emocional y, por supuesto, las melodías resplandecientes, que alcanzaron una de sus máximas cotas de brillantez en la vibrante “Angelyne”, gema de uno de los trabajos más célebres de The Jayhwaks, “Rainy Day Music”.
Los momentos reposados eran tan aplaudidos como los eufóricos y contenidamente animados, caso de la primera versión caída durante la noche: “Everybody Knows” de The Chicks (antes Dixie Chicks), más americana imposible. Aunque hubo un tramo inaugurado con “Waiting For The Sun” -vigorosa a la par que sensible y con un desarrollo guitarrero epatante- en el que The Jayhawks destaparon el tarro de las esencias sunshine pop, del que sacaron “I’d Run Away” y “Quiet Corners & Empty Spaces”, dulces y deliciosas. Todo un gusto para los oídos.
Además de alegría, en el aire flotaban los sentimientos impulsados por los corazones palpitantes… Una impresión que Gary Louris confirmó cuando le dedicó un tema de gran delicadeza a su mujer Stephanie y a todos los amantes presentes en el Auditorio Mar de Vigo, la consumación de la conexión que se había establecido entre el público y el grupo.
De hecho, fue tan estrecha esa afinidad que The Jayhawks se vieron obligados a regalar un extenso bis encabezado por “Save It For A Rainy Day” y a la que siguieron hasta tres covers, entre las cuales el romanticismo volvió apoderarse del concierto en forma de canción (“Bad Time”, original de Grand Funk Railroad) y con la ayuda de la esposa de Gary a la pandereta en el desenlace del show.
El capítulo de The Jayhawks en el TerraCeo 2024 fue una historia de amor mutuo y correspondido. [FOTOS: Stephanie Whybrow] [Más información en la web de The Jayhawks]