¿A ti también te parece que en Barcelona faltan mexicanos buenos? Pues entonces tu nuevo restaurante preferido va a ser la Taquiza de Coyo.
Puede que sea una apreciación puramente subjetiva, pero mi impresión es que en Barcelona nos faltan (y nos hacen falta) más restaurantes mexicanos buenos. De hecho, y muy curiosamente, últimamente me he encontrado con casos de mexicanos donde lo «bueno» no acababa de enfocarse del todo, pero también con casos donde la comida era buena pero para nada «mexicana» (por mucho que intentaran vender lo contrario). Dicho lo dicho, ahora viene el momento de poner la puntilla: la Taquiza del Coyo no sólo es un buen mexicano, sino que también es único. Y eso, visto el panorama, es rizar el rizo.
Pero empecemos por el principio: la Taquiza de Coyo es el proyecto de dos hermanos, Andoni y Juan Berrondo, que crecieron en México DF por mucho que parte de su familia tuviera raíces españolas. Pese a que cada uno tiene un oficio ajeno al mundo de la restauración, ambos fueron encauzando sus carreras hacia este área hasta que, llegado el momento, y ya afincados en Barcelona, decidieron brindarle a la Ciudad Condal un espacio ideal en el que entrar en contacto con la verdadera comida mexicana de calle. ¿Qué significa esto? Que la Taquiza de Coyo está especializada en tacos, tal y como puede intuirse en su propio nombre.
De hecho, una advertencia: «taquiza» no es lo mismo que «taquería», ya que esta última es un espacio donde se comen tacos y la primera se refiere al momento en el que los mexicanos suelen reunirse con colegas y familia para degustar este manjar. El «Coyo», por cierto, es el coyote típico de cierto barrio de DF que, a su vez, preside el local barcelonés con una gigantesca ilustración de Laura Agustí. El resto del local (situado en el número 23 de Consolat de Mar, en la parte baja del Born) es amplio y confortable, con una interesante mezcla de paredes de obra vista, paredes blancas, maderas de tonos claros y numerosos toques multicolores que dan vida al local siendo fiel al inevitable espíritu mexicano.
Es este un local que, además, huye del esnobismo o de la pretensión desaforada: la única pretensión de la Taquiza de Coyo es ofrecer un ambiente distendido ideal para las mencionadas reuniones de amigos y familia regadas por las mejores bebidas mexicanas (ojito con los margaritas, que por todos es sabido que 1. es el mejor amigo del picante extremo y 2. los carga el diablo) y, sobre todo, por una carta que captura a la perfección esa comida callejera, rápida (pero no fast-food de baja calidad), con la que te manchas los dedos para así tener la oportunidad de chuparlos al final y disfrutar un poquito más de la experiencia.
Imprescindible probar en la Taquiza de Coyo las ensaladas (¿te atreves con la aventura del cactus?), los cócteles y ceviches, el guacamole y los totopos guanajuato. Pero, sobre todo, imprescindibles son aquí los tacos en todas sus variantes: el habitual poblano, la cochinita, el pastor, el pollo con mole, el frijol con chorizo, la tinga de pollo o de verduras, la quesadilla… Y, por encima de todo, lo que hace «único» al espacio de los hermanos Berrondo: los tacos de pescado en múltiples variedades que incluyen locuras como el camarón, el mejillón, la mica de atún o el frijol con sardinas. Únicos en la Ciudad Condal.
¿Muchos tacos para tan poco tiempo? Tranquilo, porque las raciones están sabiamente calculadas para que no te quedes con hambre (como ocurre con otros presuntos especialistas en tacos) y hay menús pensados no sólo para ajustarse al estómago de cada uno, sino que la carta está diseñada para hacer de tu elección un momento activo y ameno en el que la elección de tu colección de manjares sea lo más divertida posible. Así que ya sabes: si a ti también te parece que en Barcelona faltan mexicanos buenos, necesitas probar la Taquiza de Coyo. Ahora bien, a mi no me eches la culpa si después te tienen que sacar a la fuerza del local porque lo que te gustaría es pasar el resto de tu vida allá bien rodeadito de tacos. [Más información en la web de Taquiza de Coyo]