2. VÍCTOR. Tiene 29 años y toda la pinta de ser virgen. El acné facil delata o bien una alarmante falta de higiene en su trabajo en una hamburguesería de comida rápida (true story) o bien un porcentaje de pajas diarias mayor de lo normal… Y no extraña al saberse que es un freak de los videojuegos, el manga y esas cosas. Que no es por andar con prejuicios, pero es que este es un “friki de los malos“. Le salva que es gracioso y, sobre todo, que tiene una madre con más paciencia que una santa. Su nombre es Merche, pero está cantado que a partir de ahora va a ser Mechas (debido a su afición a re-quemarse el pelo con decolorante barato), un alias que va sin maldad alguna porque esta señora es como una luz blanca de las de “Embrujadas“: alguien sin maldad y capaz de sanar al mundo entero. Debería empezar por sanar los callos de las manos pajilleras de su hijo. Sea como sea, el video de ambos dejó bien claro que Víctor es una metralleta de frases lapidarias y que a Mechas le va a tocar apagar los incendios de su prole.
- “Ya hasta tengo canas en los huevos“, dice el hijo. “No digas eso“, responde la madre. “Que sí, que tú lo sabes“, reitera él. “Yo no las he visto“, explica ella. “Pero te lo he contado“, concluye él. No comments.
- “He escrito un libro y voy por el segundo, pero no he tenido tiempo de publicarlos“… Por favor, chicos de Alpha Decay: el próximo autor indie está aquí y nadie le ha publicado nada todavía.
- “Concha Velasco me pone“. Y hasta aquí el momento “Hormigas Blancas“.
- Víctor sigue con su presentación: “He sido monaguillo“. Y se arranca a cantar “Padre Nuestro en tí creemos. Padre Nuestro te ofrecemos“. Toma escalofrío.
- “Tetas ochenteras“. No queda claro si, con esto, Víctor se refiere a tetas con look de los 80s o de la talla 80. Sea como sea, fan del concepto.
- “Lo máximo que he viajado es a la Warner de Madrid“. Esto por lo menos quita una duda de mi cabeza: Víctor no ha practicado el turismo sexual en Tailandia (aunque, con la experiencia que parece tener, me da que en Tailandia acabaría chuscándose a un 89,47 % de lady boys).
- “Me gustan las chicas que son femeninas, que no tengan pelos“, explica Víctor mientras señala su barbilla. Sinceramente, es difícil imaginar con qué tipo de chicas se ha encontrado este hombre en su vida hasta el momento.
- “Mi chica ideal sería mitad choni, mitad pija“. Teoría que sería aceptable si Víctor no la coronara con “Una choni es como una pija al máximo“. Mi olla descontrola.
1. FRAN. Ex-militar “con dos conflictos bélicos a mis espaldas” (que nos explique cuáles, por favor), él dice que es un urbanita al que no le gusta el campo, pero se le ve a la legua que es el típico cateto de pueblo al que le encanta volver a sus orígenes porque sólo allá se siente moderno. Su madre, Mari Carmen, no les gusta a las chicas que él trae al nido paterno… A lo mejor es porque no se le entiende una mierda cuando habla. A lo mejor es por su pelo de caniche recién salido de la peluquería canina. La cuestión es que no se entiende que las candidatas no la adoren, porque esta mujer es de morir de amor. Entiéndanme: de morir de amor LITERALMENTE. Esta pareja de madre e hijo fue la que más perlas nos proporcionó, pero analicemos las mejores:
- “El sexo debilita a las personas. Eso da anemia.” ¿La mejor frase del programa? Por ahora, sí. Que quede totalmente acreditada a Mari Carmen, que seguro que tiene en cartera muchos otros highlights.
- Las preferencias de la madre están más que claras: le gustan las gordis. Pero no le hace ascos a nada: “Con carnecilla como a mi me gusta. Si es negra, mejor. Si es marroquí, que coma con las manos“. Te entendemos, Mari Carmen. Pero no lo compartimos.
- Fran revela quién es su mito: Pipi Estrada… “Porque tiene agilidad mental“. Evidentemente. Si hay que idolatrar a alguien por su agilidad mental, siempre mejor Pipi que el loser de Stephen Hawking.
- Los hobbys de Mari Carmen. Todo muy fuerte: le gusta limpiar y limpiar y limpiar (“Me gusta lavar la ropa que ya está limpia, y limpiar la casa que está muy limpia“… Si se enteran en Greenpeace, se presentan en el pueblo de esta señora con el Green Warrior a cuestas). Pero también le gusta la religión.
- Mari Carmen sólo ha ido una vez al cine. Pero, como ella misma dice, “de cateta yo no tengo nada“.
- Mari Carmen va mucho al campo a poner a punto las viñas para que den un vino de puta madre. Y lo hace mientras canta bulerías con sus amigas.
- En resumidas cuentas, la madre no podría resumir todo lo dicho de mejor forma que como sigue: “La quiero limpia, religiosa… y gordilla“. No se puede añadir nada más después de una síntesis killer como esta.