Yana Zafiro
Yana Zafiro dice que es una persona a la que le gusta la gente extraña y su perro Peter… También es una anti-cantautora que lo va a petar en tres, dos, uno.
VIDA. “Soy una persona sensible y curiosa, a la que le gusta la gente extraña y su perro Peter“. De este modo se define Yana Zafiro en su bio de Facebook. Y añade: “Cayendo del cielo, como todos mis novios”. Pero esta chica de 21 años no vino de las nubes, sino de Ucrania, y se fue a vivir a Murcia. Allí comenzó a combinar su desparpajo personal (como se deduce de su atinada auto-descripción) con su ingenio musical para modelar un bedroom pop lo-fi entre desacomplejado y encantador que enseguida empezó a fluir a través de la red.
El año pasado publicó en Bandcamp tres demos realizadas entre julio de 2017 y mayo de 2018 y reunidas, pocos meses después, en las “DEMOS SONGS”. Con ese puñadito de composiciones primerizas -casi precarias-, Yana ya mostraba sus hechuras como anti-cantatutora por su experimentación con los sonidos acústicos. Entre tanto nuevo artista que pulula por internet en busca de una rendija por la que colar su trabajo y encontrar una porción de oyentes, la ucraniana emergía como una creadora muy particular. Esa pronunciada singularidad fue detectada por el radar de MontVentoux, que la presentó como un talento con gran futuro.
OBRA. No mentía la discográfica madrileña, como en su momento había sucedido con Marem Ladson mucho antes de que la hispano-estadounidense abandonase el anonimato hasta alcanzar una audiencia cada vez más amplia. Las habilidades compositivas de Yana Zafiro se aprecian en el salto cualitativo que ha dado desde su maqueta a su EP de debut, de curioso título: “Mi Perro se va a Morir” (MontVentoux, 2019), producido por Jaime Arriaga y Javi García y dedicado, como no podía ser de otra manera, exclusivamente a Peter (el cánido de la portada). En él, Yana pasa del indie-folk doméstico a un pop de aires globales sustentado en bases electrónicas. Y se explaya líricamente (en español e inglés) exhibiendo un descaro propio de su edad que se agradece en tiempos en los que impera la corrección política mal entendida.
El ejemplo ideal de ello es “Puñales”, con letra siniestra: “Tengo un puñal para hacerte sangrar, no te vas a salvar. Mañana será tu funeral, trae flores y pastel, kleenex para llorar”. Así de explícitas son sus líneas iniciales, que Yana endulza con su voz y su modo de cantarlas con extraño candor, un contraste que se multiplica en su impactante vídeo (dirigido por José Hortelano). Esto demuestra que la ucraniana no sólo vuelca en sus textos su ácida visión de la vida y de las cosas del querer, sino también en su obra visual. Ahí surge otro descriptivo clip (realizado por ella misma, Jaime Arriaga y Javi A. Cerezuela), el de “Call Me Love”, en el que se la ve pasando una jornada en la Feria de Murcia entre birras y atracciones mientras de fondo suena una triste y noctívaga tecnobalada muy Chromatics.
Con todo, a pesar de su progreso creativo, Yana conserva su aura de anti-cantautora en “Drugs Are Bad”, cosiendo su corpus indietrónico con puntadas acústicas y aplicándole una ligera capa de baja fidelidad. Yana Zafiro es una figura tan especial que MontVentoux editó “Mi Perro se va a Morir” en un cassette de edición manufacturada y limitada. Así es cómo se marca la diferencia. [Jose A. Martínez] [FOTOS: María Caparrós] [Más información en el Facebook de Yana Zafiro]