Cosas que pasan en China: los hombres pudientes salen a cazar esposas, se colocan redes en edificios para evitar que los suicidas se estampen contra el suelo, la polución se ve desde el espacio y se originan periódicamente terremotos, entre los que se quedan atrapados productores de música. Ese fue el caso de Manny Nieto, mientras remataba las mezclas finales de “Victoria Mística” (Mushroom Pillow, 2013), el ansiado, deseado y esperado tercer disco de Triángulo de Amor Bizarro (TAB). Ahí tienen la principal razón del eterno retraso de su publicación. Ahora, cosas que pasan en España: el presidente del gobierno es un plasma andante, se esconden millones de euros públicos en Suiza y en cajas de zapatos, la monarquía da lustre a la cleptocracia y Peter Kember -alias Sonic Boom– aterriza en el Red Bull Music Studio de Madrid para registrar algunos temas con Isa, Rodrigo, Rafa y Rubén ‘Zippo’. Pero la relación profesional entre el uno y los otros no se prolongó más allá de la grabación de “Ellas Se Burlaron De Mi Magia” (en su versión primigenia, lo que no impidió que para esta casa fuese la segunda mejor canción nacional de 2012) y “Sus Hijas Entonaban Tus Cánticos Inflamados”, cuando se suponía que el ex-Spacemen 3 se encargaría de la producción del álbum.
Finalmente, sería Roberto Mallo -su técnico de sonido y hermano de Rafa, el batería-, al alimón con el propio grupo, el que sacaría adelante “Victoria Mística” en el estudio, superados los cuentos chinos, españoles y de más allá que hicieron que la expectación en torno al nuevo álbum de TAB acabase introduciendo a la obra y a sus autores en una especie de hype artificial, exagerado e innecesario: cada vez que se mencionaba la marca bizarrista de los de Boiro, la tierra temblaba -como en China-, hasta tal punto que su portada -una recreación lisérgica del cuadro “Lucha de San Jorge y el Dragón” de Rubens– también funcionó como materia de encendido debate -¿versión ácida de la carátula del “Viva La Vida” de Coldplay?-. La manera en que la banda fue compensando la espera entregando con cuentagotas algunos de las canciones del LP multiplicó la sensación de obsesiva impaciencia entre sus seguidores habituales y en parte de la audiencia alternativa que estaba de paso. La primera muesca, la mentada “Ellas Se Burlaron De Mi Magia”, puso las cartas sobre la mesa boca arriba y bien visibles: ritmo marcial acelerado, electricidad grasienta, noise cortante y las palabras repetitivas y amenazantes de Rodrigo de un lado y la melodía infecciosa, planeadora y turbadora y el coro interpretado por Isa en otra dimensión del otro. Una combinación explosiva y ganadora, insuperable como aperitivo, y que sugería que TAB hablaban en serio cuando afirmaban que buscaban nuevas vías de exploración sonora, aunque sin perder ninguna de sus señas de identidad.
TAB subirían su apuesta pocos meses después con la hipervelocidad, el sinte desquiciado, las sierras radiales y el mensaje abrasivo rescatado de Esplendor Geométrico de la punk “Robo tu Tiempo”, que iba preparando la guillotina tanto musical como lírica que traería consigo “Victoria Mística”. Su siguiente avance, “Estrellas Místicas”, demostraría que lo que corre por las venas del grupo boirense es un venenoso jugo pop que estalla en una espumosa rabia -verbalizada en este caso por Isa– que cubre cada una de sus canciones; luego, la energía convenientemente domada y controlada hace el resto. Tal como sucede en el que fue el último adelanto oficial del LP justo antes de su salida: “De la Mano de las Almas Oscuras”, prima tercera de “El Fantasma de la Transición” por la cáustica dulzura de la sección vocal, su desarrollo progresivo y su ascendente en el árbol genealógico shoegaze que se entronca con My Bloody Valentine. Sin embargo, toda esta cuestión de las filtraciones regulares, independientemente de allanar la llegada de “Victoria Mística” y poner los dientes largos al personal, causó cierta extrañeza ya que se tenía la sensación de que, sumada a lo que se cataba en los conciertos del grupo, la audiencia ya tenía una idea aproximada de lo que contendría el disco con bastante antelación.
Dicha circunstancia podría acabar jugando en contra… Pero no. Y eso a pesar de que, destapado al completo “Victoria Mística”, se descubre que casi la mitad del tracklist es conocido. Con todo, si a TAB les hubiera dado la gana, habrían podido seguir con su chorreo estratégico de canciones a lo largo del año sin que decayera el interés ni el apetito. Pero el negocio musical no se encuentra en la situación adecuada para practicar esa clase de experimentos y había que decidir una fecha para que el álbum adquiriese forma física y virtual y cayese del cielo cual maná divino disparado, por ejemplo, por la aceleración kraut de “Enemigos el Espíritu”, tensa de principio a fin aunque Isa (pese a su áspera letra) le aporta el contrapunto justo para envolverla en un manto pop de satén blanco. El teclado sostenido -deudor, curiosamente, de Sonic Boom, Spacemen 3 y, por extensión, Spiritualized– con el que comienza a reptar “Un Rayo de Sol” ayuda a encuadrar el carácter dual del tema: por una parte, parsimonioso a la par que líricamente macabro; por otra, psicodélico y arenoso, lo que lo convierte en una de las piezas más novedosas del actual repertorio de TAB.
Donde no hay cambios es en la dirección mybloodyvalentiniana (otra vez) que toma “Delirio Místico”, con Rodrigo e Isa transmutados al micrófono en Kevin Shields y Bilinda Butcher mientras despliegan su guitarra y su bajo entre golpes de pedales y efectos y el teclado se retuerce para conectar con una versión más pulida y luminosa de “Ellas Se Burlaron De Mi Magia”, que traspasa su anterior aspecto asilvestrado y garagero a “Lo Hispano Marcha-La Banca Paga”, un cuadro reverberado de imágenes metafóricas que se vinculan con nuestra realidad vigente. Porque esta vez no vale justificar las claves de los textos de TAB con el manido cripiticismo de su significado y significante: “Victoria Mística” no se presenta como un álbum pretendidamente político, pero captura el zeitgeist ruinoso de nuestra época a través de la ironía, la corrosión y la mordiente literaria; salvando las distancias, recuerda poderosamente a “Una Montaña es una Montaña” (Everlasting, 2012) de Los Punsetes por su particular, afilada y afinada visión del estado actual de las cosas y los sentimientos viscerales de frustración que genera. “Clara” incide en ese discurso para cerrar el LP a todo trapo apelando de nuevo a la rítmica maquinal germánica (¿otro malabarismo sarcástico?) y a lo que se podría denominar una teoría anti-tecnócrata de la liberación del individuo.
“Victoria Mística” rompe cadenas en muchos sentidos: las del los mismos TAB en busca de cruzar fronteras estilísticas; las de la relación del grupo con sus oyentes, en la que se da un paso más en su habitual ‘lo tomas o lo dejas’ aunque se considere que ha alcanzado su mayor potencial comercial; y las de la audiencia, para que tome conciencia de alguna manera del declive de su entorno engulliendo las píldoras eléctrico-místicas de un álbum que constata el 100% de acierto de Triángulo de Amor Bizarro a lo largo de su discografía. Tres triunfos rotundos de tres intentos, a cada cual más completo y satisfactorio. ¿Nos encontramos ante el mejor grupo rock gallego de la historia? ¿Ante el más destacado del panorama alternativo nacional en eones? Sí. ¿No están de acuerdo? Arréenme bien fuerte o mándenme de una patada a China, si quieren…