Te presentamos a tres nuevas bandas que lo tienen todo para convertirse en tu nueva obsesión: Wet Leg, The Lazy Eyes y Romero.
WET LEG
¿DE DÓNDE SALEN? De la británica Isla de Wight, donde nacieron de Rhian Teasdale (voz y guitarra rítmica) y Hester Chambers (coros y guitarra principal), amigas desde la adolescencia que formaron Wet Leg en 2019 como vía de escape de las limitaciones de su peculiar lugar de origen, más allá de que acoja el histórico festival de música que lleva su nombre. Rhian ya poseía experiencia previa como pianista y por haber empezado una carrera artística como RHIAN, aunque no sería hasta su unión con Hester cuando de verdad encontraría el camino correcto.
Un hecho que se demostró en 2021 poco después de que Wet Leg publicaran su single de debut, “Chaise Longue”, un súper-pegadizo tema indie-rock que se convirtió en hit viral y provocó que el dúo conquistara rápidamente la blogosfera. Así, con una sola canción editada, la gran sombra del hype se cernía sobre Wet Leg, mucho antes de que se comenzara a hablar de su posible primer álbum.
NOS TIENEN TÓ LOCOS PORQUE… Aquel disco que no se vislumbraba en el horizonte en aquella época llegó este pasado abril: “Wet Leg” (Domino, 2022), producido por el prestigioso Dan Carey. En cuanto se escucha su corte de apertura, se intuye la dirección que siguen en su interior Rhian y Hester: indie-pop-rock en estado puro con reminiscencias de los 90 y los 2000. De hecho, Wet Leg podían haber pertenecido perfectamente a aquella generación musical británica que, a partir de la temporada 2005-2006, hizo que el brit-rock rejuveneciera. Algo que el dúo está logrando también en la actualidad, añadiéndole su empoderamiento femenino, unas letras muy afinadas, ligeras y con un punto entre humorístico y absurdo (que tratan sobre sexo, sexualidad, rupturas y otros asuntos propios de la juventud) y un sonido pulcro, aseado e híper-melódico.
Estos son los ingredientes del excitante estilo que Wet Leg aplican en su homónimo álbum sin trampa ni cartón: en “Angelica” y “Ur Mum” ponen toda la carne en el asador para facturar un par de pepinazos a la altura de “Chaise Longue”; si quieren inspirarse en David Bowie, recurren directamente al riff de “The Man Who Sold The World”, hábilmente insertado en “I Don’t Wanna Got Out”; y, si hace falta enseñar que son capaces de cambiar de registro, se marcan un medio tiempo (sin azúcar, a pesar del título) en “Loving You”. Incluso han saltado recientemente a la pista de baile de la mano de Soulwax, que han remezclado “Too Late Now”. Una curiosidad: por lo que se escucha en algunos de sus versos y se observa en sus vídeos, Wet Leg tienen una pequeña obsesión por los supermercados…
PREDICCIÓN DE FUTURO. Wet Leg han publicado la ópera prima soñada, esa clase de trabajo redondo que es aclamado unánimemente por público y crítica y que rompe las listas de ventas, como sucedió en Reino Unido, Irlanda y Australia. Así que Rhian y Hester han justificado con creces por qué se han puesto de moda dentro de la nación alternativa. Ellas poseen lo más importante: canciones y actitud, elementos que derrocharon en la última edición del festival Glastonbury. Wet Leg están brillando intensamente y todo apunta a que continuará pasando en el momento en que vea la luz su segundo LP, el cual, según han confirmado ellas mismas, ya está completado.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. Brit-rock + dúo revelación + picor juvenil + canciones burbujeantes = Wet Leg
MÁS EN… su web y en su Bandcamp.
MIRA… “Ur Mum”.
THE LAZY EYES
¿DE DÓNDE SALEN? De Sidney. Es decir, de Australia, la tierra prometida desde hace unos años de la (post)neopsicodelia. Y ese es justamente el género en el que se adentraron Harvey Geraghty (voz, guitarra y teclado), Itay Shachar (voz y guitarra), Leen Karagic (bajo) y Noah Martin (batería) cuando decidieron dar el paso de formar una banda después de conocerse en la pre-adolescencia mientras estudiaban juntos. The Lazy Eyes surgió primero como una distracción de estos chavales en los que ellos llamaron Linfield Studios, que no era otro lugar que la casa de Itay, donde ensayaban durante su tiempo libre.
Pero, viendo el empuje de la nueva ola psicodélica austral, se plantearon en serio adherirse a la corriente. Por eso su sonido está claramente influido por Tame Impala, Pond y King Gizzard & The Lizard Wizard, lo que ha provocado que se postularan como sus alumnos aventajados, en la línea de sus compañeros de generación Psychedelic Porn Crumpets. Aunque The Lazy Eyes también se inspiran en el rock progresivo setentero y en la lisergia clásica beatleliana, como avanzaron en sus primeras entregas: “EP1” (autoeditado, 2020) y “EP2” (autoeditado, 2021).
NOS TIENEN TÓ LOCOS PORQUE… The Lazy Eyes han conseguido definir, a pesar de las comparaciones, un sonido propio y fácilmente reconocible que han volcado en su estreno en largo: “SongBook” (autoeditado, 2022), caracterizado por sus destellos caleidoscópicos, hipnóticos, escapistas, enérgicos y magnéticos. Aunque, de algún modo, se preveía cómo podía ser el resultado final de ese álbum, ya que todas las piezas que componían sus anteriores EPs suponen el 50% de su tracklist.
Con “Intro”, The Lazy Eyes dejan claro de qué fuentes beben y avanzan que “SongBook” va a ser un auténtico festín psicodélico. De ahí que no extrañe que hubieran colocado al principio “The Seaside”, un tema de más de seis minutos de duración pero luminoso y refrescante. En la siguiente “The Island” el grupo empieza a enseñar su patita King Gizzard, que en “Tangerine” se materializa al 100% en su vertiente más pop (aunque incluye un pesado solo guitarrero), un molde que se reproduce brillantemente, según modos clásicos, en “Starting Over” y “Nobody Taught Me”.
Para la segunda parte de “SongBook”, The Lazy Eyes se reservan tres cortes que resumen su amplitud de miras: “Fuzz Jam”, que arranca a lo “Heaven On Their Minds” de “Jesucristo Superstar” y se va transformando en su “Let It Happen” (Tame Impala) particular; la motorik “Where’s My Brain???”; y el primer single que publicaron en su carrera, “Cheesy Love Song”, que cierra el disco desprendiendo candor romántico.
PREDICCIÓN DE FUTURO. La gran duda sobre los grupos noveles que emergen en Australia a rebufo de la psicodelia guitarrera que ha acabado por conquistar el mundo entero reside en saber si serán capaces de distinguirse y volar por libre sin notar la pesada influencia de las bandas que se han asentado como referencias absolutas de la música alternativa de Oceanía. Así que The Lazy Eyes tendrán que lidiar con ese reto para comprobar si pueden dejar huella por su cuenta, si sólo se quedarán como meros discípulos o si, en el peor de los casos, se reducirán a simples imitadores. Por ahora, The Lazy Eyes han demostrado que tienen virtudes suficientes para prolongar la estirpe psicodélica de su país situándose en las posiciones delanteras del pelotón australiano.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. Tame Impala + King Gizzard & The Lizard Wizard + rock progresivo + psicodelia clásica = The Lazy Eyes
MÁS EN… su web y en su Bandcamp.
MIRA… “Imaginary Girl”.
ROMERO
¿DE DÓNDE SALEN? De Melbourne, con lo que podríamos aplicar sobre ellos la misma teoría que con The Lazy Eyes: es otro grupo australiano devoto de esa psicodelia que ha puesto a su país como faro que ilumina el género para el resto del planeta. Pero no, esta vez no se cumple, porque Romero han huido de ese previsible influjo para absorber otros igual de clásicos: The Undertones, Iggy Pop, Dinosaur Jr., Big Star, Blondie o The Runaways. Sin embargo, Romero estuvieron a punto de no existir. Sus dos fundadores, los hermanos Adam (guitarra) y Dave (batería y teclados) Johnstone pertenecían a Summer Blood, banda punk cuya disolución provocó que Adam entrara en una etapa depresiva que casi le llevó a abandonar definitivamente su vida como músico.
En ese punto caótico, cual ángel milagroso, apareció Alanna Oliver (voz y teclados), quien enseñaría a Adam algunas de sus demos como cantante. Ahí la historia empezó a cambiar radicalmente hasta desembocar en la formación de Romero en 2019, que se completó con Fergus Sinclair (guitarras) y Justin Tawil (bajo). Dos años después se estrenarían con el sencillo “Honey / Neapolitan” (Cool Death, 2020). Y, hace unos meses, publicaron su primer álbum: “Turn It On!” (Feel It Records, 2022).
NOS TIENEN TÓ LOCOS PORQUE… Romero es una banda peculiar, empezando por su vocalista: Alanna nunca se había imaginado que se convertiría en la frontwoman de un grupo rockero, ya que en su CV sólo aparecía que había trabajado en una banda tributo a The Blues Brothers. Pero su presencia escénica y su carisma ante el micrófono -características que la conectan con Debbie Harry– despejan cualquier duda sobre su idoneidad para estar al frente de Romero.
Luego, el estilo del quinteto resulta difícil de clasificar al colocarse en un punto indeterminado entre el indie-rock, el grunge, el punk, el power-pop y el garage, géneros que se localizan en “Turn It On!” aunque, casi al mismo tiempo, se van combinando entre sí a medida que se escucha cada tema.
Romero levantan en “Turn It On!” un muro de sonido que se extiende desde la frenética y vibrante “Talk About It” hasta el final del álbum, pasando por la rocosa y ondulante “Happy Hour” (con alma pop y estribillo adhesivo), “Honey” (que recuerda a sus compatriotas Royal Headache), “Crossing Lines” (el correspondiente tema lento con pátina sixties), “Halfway Out The Door” (un arrebato de rock clasicote) o “Troublemakers” y “Neapolitan” (singles que en su día despertaron el interés por el grupo). Romero saben perfectamente cómo usar la electricidad, canalizarla y domarla a su antojo.
PREDICCIÓN DE FUTURO. En cierta manera, Romero son un verso suelto en el actual panorama independiente australiano por distanciarse de la moda dominante, por su potencia y por su pegada. A partir de ahora, será más fácil dirigir los oídos hacia nuestras antípodas y comprobar que no todas las bandas pop-rock quieren seguir el camino más sencillo que les puede llevar al éxito (o no). Romero han abierto su propia senda y, más allá de que la puedan mantener o se pierdan en ella en el futuro, han demostrado que van sobrados de personalidad y de fuerza.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. Indie rock + power-pop + Debbie Harry + sonido aussie = Romero
MÁS EN… su Bandcamp.
MIRA… “Talk About It”.