Ser geek en los 80 era una putada. Llevabas gafas de pasta, camisas anchas y cara de paleto y lo único que recibías en el día a día eran collejas de los bullies del cole. Esos mismos que ahora se quedan fascinados cuando un crío controla con los ojos cerrados cualquier aparatejo electrónico. Alguien quiso que la estética de «La Revancha de los Novatos» se convirtiera en algo guay (algo tendrá que ver que, hoy en día, al contrario de por aquel entonces, lo que mola es ser un poco marisabidillo y saber de todo… Algo bueno tenía que tener los hipstes), y por eso desde hace unos años ya la tendencia se mueve entre recuperar gadgets antiguos (de esos que molaban «de verdá») y sacar reediciones nuevas.
Swatch es una marca tan ochentera como los 80 mismos. Tener un reloj Swatch digital de aquellos negros con los dígitos verdes y correa de plástico era de las mejores cosas que te podían pasar y, conscientes como son de ello, apuestan por la nostalgia friki en sus nuevos modelos Swatch Touch, que están especialmente pensados para aquellos que babeaban con la peli «Juegos de Guerra» y se conocen al dedillo todas las técnicas del ajedrez. Su look gustará a cualquiera (son bonitos, minimalistas, en dorado o plateado mate, con sus numeritos en tamaño «big size» por si la graduación de las gafas no te llega), pero sus características técnicas engancharán a los amantes de los cacharros y la tecnología con su ausencia de botones, sus dígitos dorados y su pantalla táctil LDC de cristal curvado y las funciones que incluyen cronógrafo, alarma y retro iluminación. Un caramelo de reloj tan chanante como útil.