Te presentamos cinco nuevas bandas musicales que probablemente no conozcas… pero que lo tienen todo para convertirse en tus nuevas favoritas.
LATORRE
Espiritualidad, romanticismo, poesía, feminidad e incluso religión se mezclan en la sugerente música de LaTorre.
Conocida por ser uno de los vértices EVHA, uno de los grupos más destacados de Ecuador, Renata Nieto emprendió paralelamente su propia aventura en solitario, como si el fuego que había alimentado su amor por la música desde la adolescencia ardiera con más fuerza que nunca. Así nació LaTorre, con el propósito de demostrar que la tradición musical ecuatoriana podía insertarse en moldes modernos. Aplicando una personalidad muy marcada, LaTorre entraba a formar parte de esa nueva ola procedente de Centro y Sudamérica que en los últimos años fusiona sus raíces con sonidos contemporáneos para, a la vez, reforzar su identidad por la vía del mestizaje bien entendido y adaptado a los nuevos tiempos.
Para que cuajase su mezcla de ritmos ecuatorianos, electrónica y pop, caracterizada por la innovación, LaTorre se inspiró tanto en los paisajes sinuosos y llenos de contrastes de Ecuador como en la espiritualidad, el romanticismo, la poesía, la feminidad y también la religión, un componente que reutiliza hábilmente para reconciliarse con la poderosa influencia que esta tiene en su país (como se puede comprobar en la imaginería presente en sus clips y en su estética). La primera prueba de la folktrónica telúrica de LaTorre llegó con los suaves beats de “Temporal” en 2018, a la que seguirían piezas como la sedosa “Ser Eternos”, la reivindicativa “Época Dorada” o la sugerente “Alma Mía”.
Estos cuatro temas se encuentran en “REENCARNACIONES” (Raso Estudio, 2021), que incorpora una serie de remezclas realizadas por los mexicanos Quiero Club, los argentinos Kermesse, los ecuatorianos xužu y MIEL y el gallego Baiuca. Precisamente, las maniobras de estos dos últimos nombres definen a la perfección la esencia de este disco: por un lado, MIEL ejecutan una depuración tribal de “Temporal” sin abandonar la tersura del corte original; y, por otro, Baiuca traslada “Alma Mía” del Pacífico al Atlántico al aportarle sintéticos aires galaicos. De esta manera se constata la flexibilidad del corpus sonoro de LaTorre, que se dispone a ofrecer próximamente más canciones una vez cerrada esta etapa de su trayectoria individual. Una de las exponentes de la nueva música andina y de los sonidos más frescos de Latinoamérica continúa imparable su camino. [Más información en el Instagram de LaTorre]
SAPHIE WELLS
Nina Simone, Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Norah Jones, Amy Winehouse y Sade se dan la mano en las canciones de Saphie Wells.
Los aficionados al swing de nuestro país seguro que conocen a Saphie Wells por su papel al frente de Saphie Wells & The Swing Cats. De familia muy musical, empezó pronto a cantar y a subirse a escenarios. Después de foguearse artísticamente en Perú, su país natal, en 2007 se mudó a Barcelona, donde estudió jazz y música moderna en el Taller de Músics Escola Superior d’Estudis Musicals (ESEM). Su sangre peruana y estadounidense con ascendencia afroamericana se trasladó de una manera natural a sus facetas de cantante y compositora desbordante de frescura. Cuando se decretó el confinamiento a mediados de marzo de 2020, Saphie decidió aprovechar el encierro para explorar una vía más personal en busca de la liberación sonora, física y emocional.
Aquel acto de introspección y, a la vez, reafirmación condujo a Saphie Wells a plantear su debut bajo su propio nombre con el EP “Inside Out” (autoeditado, 2021), de título elocuente que entronca con su mayor deseo en aquella época llena de nerviosismo e incertidumbre: sacar fuera todo lo que guardaba dentro. Sin embargo, la dirección estilística elegida se alejó en buena medida del swing y del jazz, los sonidos que siempre había cultivado con pasión, y se aproximó al soul y al r&b. Las principales referencias que sirven para encuadrar el tono y los matices de su interpretación en “Inside Out” van de Nina Simone, Ella Fitzgerald y Billie Holiday a Norah Jones y Amy Winehouse, pasando por Sade, aunque Saphie impone su huella con su aterciopelada voz.
Producido por Adri González, “Inside Out” rezuma dulzura y elegancia gracias a la atmósfera que envuelve un conjunto breve pero íntimo en el que Saphie acaricia los oídos y confirma su intención inicial de probar nuevas formas sonoras. Por ejemplo, el pop, ya sea delicado y con alma soul (“Off You Go”), reposado y sensible (“Rest”) o con un ritmo uptempo igualmente refinado (“Time To Leave Again”). O el folk, el otro género con el que Saphie experimenta en el EP, que en “I Want To Go Outside” -ukelele mediante- irradia una agradable sensación de optimismo y corrobora el versátil talento que atesora Saphie Wells. Si hasta el mismísimo Rubén Blades recomendó en sus perfiles en redes sociales escuchar “Inside Out”, por algo sería… [Más información en el Instagram de Saphie Wells]
SARAH CONNOR
¿Una versión sudamericana de los sonidos rusos de Motorama? Esta es una posible definición de Sarah Connor.
1984, Los Ángeles. Un cyborg es enviado desde el futuro por Skynet para acabar con la que será madre del líder de la resistencia contra la rebelión de las máquinas… No, no vamos a contar aquí el argumento completo de “Terminator”, pero la historia de la mítica película está bastante relacionada con el grupo que nos ocupa: Sarah Connor. Sí, así se llama la banda formada por Ángel, Eloy, Álvaro y Carlos, que no procede de California, sino de Viña del Mar (Chile). El nombre artístico elegido por el cuarteto tiene su significado explícito: una referencia a la lucha entre el hombre y la tecnología, una metáfora más vigente que nunca que se traslada al espíritu de su música.
Por decirlo de algún modo, Sarah Connor poseen una especie de sentimiento ludita derivado de aquel movimiento que, en el siglo XIX, se oponía al avance de la mecanización. Aunque, en su caso, esta filosofía se adapta a la era contemporánea, en la que las emociones humanas se diluyen ante la dictadura digital. Curiosamente, los chilenos traducen estos postulados a canciones ancladas a un género que, en principio, se podría denominar maquinal: post-punk con trazas synthpop y krautrock. Con todo, Sarah Connor le insuflan una energía orgánica con la que naturalizan su estilo construido a base de sintetizadores y un bajo pronunciado hasta conformar un sonido de textura analógica. Para hacernos una idea, Sarah Connor vendrían a ser la versión sudamericana de los rusos Motorama.
Sarah Connor se estrenaron el pasado año con el EP “Calicanto” (Sello Ninja, 2020), compuesto por cuatro temas que reflejan el pensamiento y las inspiraciones del grupo. “Ulises” toma el personaje de la obra de James Joyce para saltar a una pieza tan oscura como emotiva con toques synthpop. La nuevaolera “Solos” se basa en el aislamiento (buscado y forzado) en la sociedad actual. Y “Yuri” viaja al espacio de la mano del astronauta soviético de apellido Gagarin a golpe de tecnopop cósmico y joydivisioniano. Completa el EP “Yugo”, una especie de prolongación sonora de “Yuri”, aunque cambiando el protagonismo del sintetizador por el de una guitarra cristalina y evanescente. Con “Calicanto”, Sarah Connor han puesto los cimientos de una discografía que tiene posibilidades de ampliarse a lo largo de 2021 con su primer álbum. [Más información en el Facebook de Sarah Connor]
BECKY AND THE BIRDS
Thea Gustafsson podría haber tirado por el rollo del EDM sueco… Pero prefirió explorar el r&b-pop bajo el nombre de Becky and the Birds.
En Suecia nacen músicos como setas, un hecho que indica cómo se cuida la cultura en el país nórdico, tanto en sus ciudades más habitadas como en sus localidades más pequeñas. A medio camino entre unas y otras se encuentra Örebro, donde nació Thea Gustafsson. Su padre, que tocaba el acordeón, el piano y la flauta, le inoculó el gusto musical desde niña, cuando empezó a recibir lecciones de violín. A medida que fue creciendo, Thea se fue interesando cada vez más por el jazz y el soul, hasta que se convirtió en alumna de la prestigiosa academia Musikmakarna en Estocolmo. Allí aprendería los conceptos básicos de diversos géneros, incluido el EDM, tan en boga en Suecia gracias a la fama de sus compatriotas Max Martin y Avicii.
Pero Thea no estaba por la labor de seguir esa dirección bailable, sino que se sentía más cómoda con las técnicas clásicas y las canciones de sonido y estructura tradicionales. A partir de ahí labraría su propio camino como cantautora y productora con el alias de Becky and the Birds. Así bautizó también su EP de estreno, “Becky and the Birds” (autoeditado, 2018), en el que bosquejaba un pop cosmopolita salpicado de gotas electrónicas y neo-r&b que la acercaba a Lykke Li, aunque Thea jugaba a hacer cabriolas más arriesgadas con su voz. Sin embargo, Becky and the Birds se disponía a sacudirse cualquier tipo de comparación. La mejor seña de que había tomado la decisión correcta fue su fichaje por 4AD. Palabras mayores.
Su primer trabajo para la histórica discográfica fue “Trasslig” (4AD, 2020), EP que a punto estuvo de no hacerse realidad: las demos que Thea tenía almacenadas en un dispositivo se perdieron por un fatal error, con lo que se vio obligada a resetear todo el proceso compositivo. Pero Becky and the Birds logró acabarlo para entregar un puñado de canciones que, por un lado, reivindican a las mujeres fuertes, independientes, sensibles y románticas. Y, por otro, desarrollan la fórmula que la sueca presentó en su ópera prima para asaltar las radiofórmulas con el pop-r&b de “Wondering” o “Pass Me By”. Después de la salida de “Trasslig”, Becky and the Birds ha publicado “With You” y una versión del original de Bon Iver “The Wolves (Act 1 And 2)”, dos temas que recuerdan que Thea se postula, con su personal sello, como próxima estrella proveniente de Suecia. [Más información en el Instagram de Becky and the Birds]
KYNSY
¿Qué es el “pop ruidoso para toda la familia”? Para saberlo, tendrás que escuchar a Kynsy.
Dublín se ha convertido en uno de los puntos calientes del nuevo post-punk-rock anglosajón gracias a la irrupción de Fontaines D.C., tras cuya estela han surgido otros grupos que buscan también dar el salto más allá de los límites de la capital irlandesa. Entre ellos aparece Kynsy, que nada tiene que ver con el prototipo de banda emergente masculina que quiere comerse el mundo. Claro, se trata del proyecto de Ciara Lindsey, chica que, eso sí, conoce a los miembros de Fontaines D.C. al moverse en el mismo circuito local y, como ellos, presume con orgullo de condición dublinesa. Curiosamente, Kynsy tardó en mostrar interés en serio por la música, ya que sus incipientes ambiciones artísticas se inclinaban hacia el teatro y la interpretación.
Seguramente fue su padre quien estimuló su vena musical como gran seguidor de The Beatles o David Bowie, aunque sus preferencias personales, por cuestiones de edad, se centraban en el rock alternativo en la onda de The Strokes. De hecho, los neoyorquinos son una de las principales influencias de Kynsy -aunque no niega su gusto por el pop empoderado de Dua Lipa o Charli XCX– en el proceso de construcción de un estilo al que, en un principio, se le podría colgar la manida etiqueta de bedroom-pop. Pero su propuesta evolucionó poco a poco hasta alcanzar la categoría que ella misma ha definido como “pop ruidoso para toda la familia”, resultado de un trabajo en el que la propia Kynsy compone, toca cada instrumento y produce.
Con todo, en la grabación de su primer EP, “Things That Don’t Exist” (autoeditado, 2021), Kynsy se abrió a la participación de diversos colaboradores tanto en la instrumentación como en la producción para perfilar una obra en la que enseña sus principales cartas. Para empezar, no disimula el mencionado influjo de The Strokes, que se aprecia sobre todo en “Happiness Isn’t A Fixed State”. Aunque aquí la irlandesa demuestra igualmente que su sonido puede expandirse introduciendo pespuntes electrónicos (“Elephant In The Room”), melodías juguetonas (“Dog Videos”) y medios tiempos reflexivos (“Cold Blue Light”).
En ese afán por no esconder nada y mostrarse tal como es, Kynsy expone en “Things That Don’t Exist” su vulnerabilidad y honestidad para hablar de asuntos como su (in)felicidad, problemas sociales como el racismo o la ansiedad que le genera la vida moderna. La música independiente de Dublín desprende mucha masculinidad, pero Kynsy está preparada para sobresalir entre tanta testosterona. [Más información en el Instagram de Kynsy]