Permítanme que les introduzca al maravilloso mundo de The Mile High Club: este es el exclusivísimo club al que pertenecen todos aquellos que han folleteado en el lavabo de un avión. Ya sea por lo excitante de ser pillado in fraganti, porque el traqueteo del aeroplano acompaña realmente bien los movimientos del mete y saca, porque la altura afecta al cerebro y hace que el orgasmo sea todavía más intenso, porque te mola el guarreo en espacios minúsculos o, simple y llanamente, porque eres un poco cerdete, está claro que esto de ingresar en las filas de The Mile High Club es algo que muchos desean pero que no está al alcance de cualquiera: es sólo para valientes y para desviados. Pero, ojo, porque ahora resulta que las siglas MHC también van a significar algo más a partir de ahora mismito: “The Mile High Club” (autoeditado, 2014) es el nombre del EP de debut de Demmy Sober. Y, por si a alguien le quedan dudas, toda esta intro no era meramente explicativa: venía a cuento para poder cerrar este párrafo diciendo que estas seis canciones son lo más parecido a follar en el lavabo de un avión que vamos a poder vivir el común de los mortales.
Lo primero que pudo escucharse de “The Mile High Club” fue la pletórica “Real Life Fantasy“: un hit de pop electrónico bailable to the max que hacía pensar en referencias como Passion Pit, Bflecha… o Autre Ne Veut. Por aquel entonces, era imposible determinar por dónde irían los derroteros del debut de Sober, pero ahora resulta preclaro que uno de los nombres que salieran a la palestra fuera precisamente el de Autre Ne Veut, uno de los estandartes del nu-r&b más desquiciado y estridente. Y es que, al final, si hay algo que prima en “The Mile High Club” es nu-r&b del bueno, aunque finalmente el resto de canciones se muestren mucho más lejos de la estridencia y mucho más cerca de luminarias softies del género como Banks, Jessie Lanza, Kelela o FKA Twigs. ¿Qué digo cerca? Sober les pasa la mano por la cara a muchas de estas genias que están triunfando worldwide, así que no estaría de más soñar con un mundo feliz en la que esta Demmy Sober de inglés pluscuamperfecto acabase saliendo de nuestras fronteras para triunfar en otros mercados que normalmente parecen vetados para nuestros artistas.
Canciones no le faltan, ya lo he dicho. Siendo “Real Life Fantasy” el puntal dancero del EP, la que más se le acerca en el lote es esa “Come Inside” de seductor vaivén sintético en el que K.B. Starr irrumpe con un fraseo negroide que eleva el tema varios metros por encima del suelo. Lo que impera en “The Mile High Club“, sin embargo, es un nu-r&b noctívago, de luces ténues pero nunca oscuro, de caricias en slow-mo y lametones con sabor a preliminar sexual. “The Takeoff” es literalmente el punto de despegue del EP, con unos beats quebrados que se van tomando altura poco a poco y con la voz de Sober alternando desde el sensual estribillo hacia los puentes de desafiante spoken-word. “Ecstasy” viene a ser la balada digital para el siglo 21 por la que las viejunas divas del electropop deberían pagar una millonada (e incluso deberían plantearse vender un riñón si este no estuviera en proceso de momificación). “Touch” sabe a pop&blues noventero, a TLC y a Janet Jackson, pasado por un filtro que consigue sonar a aquí y ahora. Y, finalmente, el EP se cierra con “The Downfall“: nada de aterrizajes seguros ni de orgasmos controlados… Aquí hay una caída en toda regla, una locura de ritmos descontrolados, sintes etéreos y coros ingrávidos que hacen pensar que Demmy Sober ha querido poner punto y final a su debut con una “caída” similar a las que sufren los aviones en tramos de turbulencias.
Un caer en picado que no te va a matar, que no va a parar el viaje, que sabes que tan solo durará unos instantes pero que viene a demostrar que, cuando estás ante una Fuerza de la Naturaleza, lo único que puedes hacer es disfrutar del viaje… Y rezar para que siga subiendo y bajando. Subiendo y bajando. Subiendo y bajando. ¿No habíamos acabado ya con los símiles sexuales?