Dejé Ezcaray atrás con una sensación extraña. Por un lado, estaba contento de volver a la dinámica de la gira, tenía muchas ganas de volver a tocar en Madrid y en unas horas teníamos el primero de tres conciertos consecutivos; pero, por otro, sentía una especie de melancolía al dejar tan pronto el valle del río Oja. Estaba cómodo allí, con la garganta muy mal, pero cómodo y descansando. En cualquier caso, las contradicciones continuaban, porque al mismo tiempo que irnos implicaba seguir tocando, y eso me gusta, seguir tocando implica seguir volviendo a casa, y que la gira (o al menos esta primera parte) se va terminando. Escribo desde un hotel muy moderno, y muy indiscreto, en Talavera de la Reina; hoy es la última noche fuera de casa en unas tres semanas. Hemos llegado ahora mismo desde Madrid, donde hemos pasado tres días muy intensos… y es que nunca había tocado tres días seguidos en la ciudad.
Hacía algo más de un año que no visitaba Madrid para un concierto, y me ha dado la sensación de que todo sigue más o menos igual, pero todo es diferente. Era la primera vez que venía desde que trabajo como I am Dive / WeAreWolves Records / Foehn Records y todo ha ido muy bien. Hemos hecho nuevos amigos y afianzado lazos con amigos viejos; y tenemos la sensación de haber aumentado un poco la familia Díver en estos dos días y medio en la capital.
El miércoles empezó nuestro periplo madrileño con el primer concierto totalmente acústico de I am Dive, en la tienda de discos Espacio UFI. Igual acusamos un poco la falta de experiencia en este tipo de set pero nos lo pasamos muy bien tocando bajito para los amigos y amigas que vinieron a vernos, y luego bebiéndonos las botellas de tinto que traíamos desde La Rioja. ¡Claro que sí! Esa noche, quizás por el cambio de ritmo que suponía llegar de nuevo a la civilización, caímos rendidos en la cama del hostal de la Calle La Palma. Pasamos la mañana y la tarde descansando, y a eso de las siete nos reunimos con nuestro amigos Los Ingenieros Alemanes, quienes nos acompañarían anoche en el Fotomatón, en el que sería el último concierto de la formación hasta la fecha. Una pena, nunca les había escuchado en directo hasta anoche y tengo que decir que sonaban muy, muy bien.
Estamos muy contentos con cómo se desarrolló todo anoche. Vino mucha gente y no podemos más que agradecer a todo el staff del Fotomatón y a Los Ingenieros Alemanes, así como a Man Pop y a Mayorala Dj, por todo lo que hicieron para que la noche de anoche funcionase como funcionó: ¡Gracias! Fue todo rodado y, claro, podríamos decir que no nos fuimos a la cama temprano. Todo un acto de irresponsabilidad, teniendo en cuenta que al día siguiente a las once de la mañana teníamos la prueba de sonido del concierto de este mediodía. Volvíamos al Espacio UFI, allí nos esperaban Miguel y Blanca, nuestros anfitriones en la tienda (y a quienes estamos ya deseando volver a ver). La experiencia ha sido curiosa. Lo primero que nos hemos encontrado al llegar al sitio ha sido, por enésima vez, nuestro nombre reinterpretado. Barajamos la posibilidad de ir cambiándonos el nombre periódicamente: I’m Dive, I am a Driver, I am a Day, Amaday, Yo Soy Díver. Pero, errores reprográficos a un lado, tocar en una plaza del centro de Madrid, con un sonido tan bueno, ha sido un placer. Me gustaría hacer un llamamiento desde aquí a todas esas personas que han grabado vídeo o hecho fotos para que, si por casualidad leen esto, nos envíen las fotos o los vídeos que hayan podido hacer. Ha sido emocionante ver pasar y quedarse a los transeúntes esta mañana.
En fin, y ahora tengo que irme, tenemos la prueba de sonido, la segunda del día, en menos de media hora. Deséennos suerte para esta noche, veamos qué tal nos trata Talavera de la Reina.
[Esteban R.]