He de decir que la primera escucha que hice de este EP fue en un día de absoluta tranquilidad, cuando llegué a una precipitada y errónea conclusión: esto es más de lo mismo. «Silent Hour / Golden Mile» (Warp, 2012) se me atragantó, no me terminaba de llegar. Ya estaba a punto de hacérmelo mirar, ya que soy seguidora acérrima de Grizzly Bear y, por ende, de CANT, Department of Eagles y no sé si me dejo algún otro grupo paralelo; porque otra cosa no tendrán los miembros de este grupo, pero son prolíficos hasta llegar a extremos insospechados. Otro día, en el que estaba muy acelerada me animé a darle otra oportunidad al EP. Me cuesta dejar de recurrir a Grizzly Bear, pero es que cuando estoy de mal humor hay una canción que me tranquiliza especialmente. Grizzly Bear son uno de esos grupos que escucho cuando necesito un respiro, así que volví a darle al play. En ese momento cambié radicalmente de opinión. Me sentí profundamente deleitada por lo nuevo de Daniel Rossen.
Hace casi dos meses que se lanzó el primer adelanto de «Silent Hour / Golden Mile«, se titualaba «Silent Song» y sonaba así. Tenía buenísima pinta pero, todo hay que decirlo, la calidad del sonido de YouTube deja mucho que desear y yo, por no poder esperar hasta el 20 de marzom me la bajé desde el-programa-que-te-baja-los-videos-de-youtube. No saben qué alivio escuchar el single a 320 kpbs. Estaba tan familiarizada con la versión rústica que esto ya me sonaba raro. Pero es que «Silent Hour / Golden Mile» no contiende sorpresas: Daniel Rossen no se ha pasado al tonti-pop ni nada por el estilo. Los 23 minutos que dura este EP sirven como una introducción ideal al mundo que lo rodea. Canciones elocuentes pero que alcanzan una terrible sencillez. La portada, realizada por Amelia Bauer, refuerza la opinión de que Daniel Rossen no es alguien que se arriesgue, ya que esta diseñadora ha trabajado en otras ocasiones para Grizzly Bear.
«Silent Hour / Golden Mile» consigue despertar sentimientos de profunda melancolía, si bien los cinco temas que conforman este EP no desentonarían en una grabación de Grizzly Bear: es el (buen) gusto y la perfección con la que Rossen los ejecuta lo que te obliga a amar este mini-álbum desde el minuto uno. «Up On High» es una especie de canción western moderna; mientras que «Silent Song» suena optimista pero no lo es. De hecho, Daniel pide ayuda divina porque cree que está haciendo algo mal. En «Return to Form«, de repente hay un guiño a «Veckatimest» (Warp, 2009), creando una canción por capas similar a las del último disco conocido de Grizzly Bear. «Saint Nothing» parece hecha como para un marinero: las trompetas que se escuchan de fondo transportan al muelle más destartalado. Y «Golden Mile» es el tema que cierra este cuidado EP que, si bien no incluye muchas novedades en cuanto a lo musical, es agradable al oído e idóneo para dar un paseo en soledad.
Cuando a Daniel Rossen se le pregunta por el éxito de «Veckatimest«, sus recuerdos no son del todo gratos porque, en sus propias palabras, todo fue abrumador. Por otro lado, Chris Taylor me explicaba en una entrevista que los miembros del grupo tenían gustos musicales muy diferentes y que necesitaban un respiro musical. Por eso es gratificante ver que cada uno hace cosas nuevas, las hace bien y además están contentos: CANT o Chris Taylor con su electrónica y Daniel Rossen en un camino similar al de sus otros proyectos pero con una pizca más de intimismo.