No hay mal que por bien no venga… La verdad es que nos sorprende que un autor como Anthony Pastor todavía fuera inédito en nuestras tierras, y no lo decimos solamente por el hecho de que su padre sea español (y su madre gala), sino más bien porque su trayectoria le ha llevado a estar nominado a los prestigiosos premios de Angoulême en dos ocasiones: la primera, en 2010, con su obra “Las Rosas“; y la segunda, en la edición del salón que se está celebrando estos días, precisamente por “Castilla Drive“. En esta ocasión, Pastor está nominado al premio al mejor Polar, algo que no sorprende al comprobar que “Castilla Drive” (publicado estos días por La Cúpula en nuestro país) sintetiza a la perfección los lugares comunes de este género y, sobre todo, lo lleva a un terreno muy particular con un imaginario original e intransferible. “Castilla Drive” narra la historia de Sally Sallinger, la esposa de un detective, y el caso que empieza a obsesionarla: el de Osvaldo Brown, también llamado “El Superviviente” y que, tras recibir un balazo en la oreja, vive completamente angustiando esperando que tarde o temprano alguien le visite para acabar la faena. Al cierre del salón de Angoulême, el próximo 3 de febrero, sabremos si Pastor se alza por fin con el galardón. Pero lo cierto es que hay mucho espacio para la esperanza.