A todos nos gusta tener invitados en casa. Recibir gente, enseñarles tu últimas adquisiciones en muebles vintage de El Recibidor, la última lámina que le has comprado a los Rubenymichi, fardar de lo bonito que tienes el jazmín del balcón… Esas cosas que hacen que salga la Miss Dalloway que vive en ti. Tener invitados es guay… Pero también puede ser un coñazo. Porque bastante estrés supone tener la casa presentable y estar tú vestido con tus mejores galas (esas que supongan el mismo grado de “arreglao pero informal“) y tus mejores ánimos para hacer que la velada sea inolvidable como para tener que preocuparte, por ejemplo, de servir el mejor menú ever y luego recoger el campo de batalla cocinero. Pues bien, The Parmentiers han nacido para que tu puedas dedicarte a ser el anfitrión perfecto, el heredero ideal de la familia Crawley: tu pones la casa y los invitados y ellos el menú. Tal que así.
The Parmentiers son Peppe Palo y Quique López. El primero es chef y ha trabajado con gente como Carles Abellán y Jordi Vilà; mientras que el segundo es diseñador gráfico y un amante del buen comer. Iban para dúo de rock pero decidieron que preferían aunar talentos y crear una empresa nueva partiendo de una idea totalmente novedosa: llevar la esencia de los mejores restaurantes a casas particulares. El punto de partida es sencillo: tu les contactas (en el teléfono 600 366 793 o en el mail hola@theparmentiers.com) y ellos quedan un día contigo y definís la velada (número de comensales, el menú -que siempre suele estar compuesto de un entrante, un plato de pescado, un segundo plato de carne y un postre). Ellos van a la compra y contactan con los proveedores y el día señalado se presentan en tu casa tres horas antes, cocinan, limpian y luego comentan la jugada contigo y tus invitados. Y todo esto por 45 euros por persona.
Con su idea, The Parmentiers plantean un sistema totalmente original de acercar la alta gastronomía a cualquiera: ya no hace falta reservar mesa o sufrir esperas para disfrutar de un menú de cocina profesional y lo hacen con el añadido de disponer del talento y la cercanía de dos profesionales que se sentarán contigo, te enseñarán nuevos platos si quieres (siempre llevan encima un delantal extra por si el anfitrión se apunta a una master class improvisada) y compartirán la experiencia hasta el último minuto. Nunca ser un buen anfitrión fue tan fácil y nunca estuviste tan cerca de disfrutar de una experiencia gastronómica tan única… y en tu propia casa.