Esta es una historia de esas que, a poco aficionado que seas a la música, está destinada a romperte el corazón: es la historia de un perdedor, como lo fue el Rob Fleming de «Alta Fidelidad» o como lo ha sido recientemente el Llewyn Davis de «Inside Llewyn Davis«. En este caso, «Lost in Music» narra la historia de un amante de la música desde su más tierna infancia, cuando empezó a cultivar sanos hábitos como comprar discos, hacerse peinados estrambóticos para parecerse a sus ídolos y, sobre todo, tocar la guitarra intentando llevar su pasión a un nivel de profesionalidad. Empezó tocando en grupos de su escuela, pero puede que el entorno no fuera el más adecuado: la ciudad de Colchester no era precisamente el Shangri-la de la música y, de hecho, la única anécdota medianamente musical que podía mencionarse era que, según cuenta la leyenda (una leyenda muy chiquitita), los Beatles se pararon una vez en una tienda de ultramarinos local para comprar caramelos. Así de triste. Eso no impidió que nuestro hombre acabara dando con sus huesos en una banda, Cleaners from Venus, que incluso llegó a tener un contrato con la RCA alemana y a grabar un disco. Pero, ¿cuantas bandas tienen contratos y graban un disco y al final se pierden en la nada, como lágrimas en la lluvia?
Sí, dentro de «Lost in Music«, novela publicada en nuestro país por CONTRA, hay una gran historia que está destinada a encender el alma de todos los amantes de la música… Y lo mejor de todo es que esto no es una ficción y que el protagonista no es un personaje inventado como Rob Fleming o Llewyn Davis: el protagonista es el mismo autor de «Lost in Music«, Giles Smith, quien finalmente encontró una vocación paralela en esto de escribir y que incluso es muy afamado gracias a sus escritos sobre deporte. Ya se sabe lo que dicen las abuelas: no hay mal que por bien no venga. Y el bien, en este caso, es una referencia que está llamada a convertirse en una de esas novelas de las que los aficionados a la música seguiremos hablando de aquí a una década.