“El vídeo que está provocando náuseas a la juventud española”, “Loewe incendia la red” y “El nuevo vídeo de Loewe provoca vergüenza ajena” son algunos de los titulares que se podían leer ayer como consecuencia del vídeo que la marca de lujo española puso en circulación para la campaña de su Colección Oro 2012. Nosotros nos quedamos con el hashtag de twitter -que a mediodía echaba humo y hacía de la marca trending topic del día-: #Loewetróspido. Y añadimos uno más: #Loewedarks. Porque el vídeo es muy darks (por lo menos María Forqué, una de las luminarias pijas que sale, es muy darks).
Sea como sea, ayer se montó un buen chocho en la red y hoy todavía colea el tema porque la firma de lujo, queriendo ampliar su target, acercarse a un nuevo público -más joven y, se supone, “más fashion”- o, en palabras de la propia firma, “reflejar el nuevo espíritu de Madrid”, ha pegado un traspiés de los que hacen historia. Doce pijos de libro de la capital, todos hijos o familiares de (las sobrinas de Ana Belén, muy rojas ellas, la hija de Ouka Lele, la mencionada hija de Verónica Forqué, etc.) con sus mechas decoloradas, su ropita de marca y, por supuesto, sus bolsazos Loewe, que se pasean por calles soleadas y sueltan perlas como “estar enamorado es superguay”, “lo mejor de España son las españolas” (¡y olé) o “una de las frases favoritas de mi madre es ¡¡arrriba las pestañas!!” (nos vamos a hacer camisetas con esto, ya veréis), todo en plan muy tróspido y que parece un homenaje nada velado al programa «Hijos de Papá«.
El director de la campaña, Luis Venegas, salió al paso de las críticas intentando justificar semejante salto al vacío diciendo que, con los tiempos que corren, tampoco nos vamos a dejar llevar por la depresión, ¿no? Claro, cuando más del veinte por ciento de los parados que hay en España son jóvenes menores de treinta años, a la depresión: ¡¡Loewes!! A nosotros el vídeo nos encanta en su trospidez pija, nos da claims para lo que queda del año y nos fascina el total desapego de la realidad que demuestra. Es absurdo y lo que por supuesto no consigue es que te den ganas de echarte a la calle a comprarte un Amazona, ni aunque ahora vengan con tiras de cuero en tonos flúor (aunque el bolso mola lo más grande). De hecho, hay que reconocer que el trospidismo de todo el tinglado se vio aumentado en varios puntos con esa «respuesta» que salió escasas horas después y que muestra otra cara mucho más realistas del susodicho video. Aquí queda…